lunes, 24 de diciembre de 2012

La loma perfecta

- Para mis compañeros del Taller de Escritura Creativa de Clara Obligado -

Puso la loma perfecta y con el compás trazó la curva. El camino. Yo (como me había invitado) salpiqué alrededor dos o tres encinas y les advertí que estuvieran prestas. Al momento en que levantara la punta, ya sabes, que entonces me avisaran y les daba instrucciones. Luego me fui a dormir, no merecía la pena esperar despierto. Ya ves que no me equivocaba.
Además, de eso hace mucho tiempo. Te digo que siempre voy a mirar, pero está todo como el primer día. Tú verás si se me hace pesado. Hasta las encinas están que revientan.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Pezones

Estaban tus pezones irritados
y poco inclinados al amor
cuando quise rozarlos con mi lengua.
Tuve que refrenarme un poco, pero
fue para nada, porque de repente
te pusiste violenta. No hay modo
de que lo entiendas, me dijiste,
en días como hoy... 

                   Esa noche
dormiste sola, mas no me importó
nada. Entré en la habitación a tientas
rodeé tu cadera con la pierna
y sentí el calor de tu culo.
El cosquilleo estremeció la sábana
y un pequeño rubor llamó en tu sueño.
De tu pecho mis dedos lo robaron.
Lo limpié de adherencias del día.
Parecían bastas, caóticas.
Él debajo estaba, tan sensible
que saludó mi puntiaguda rama
y en sueños sonreíste. La sonrisa
llamó a una puerta, dentro se movió
la atención que le puse a tu cuello.
Allí, sensible, más aún si cabe
suspirabas dormida y susurrabas
sirenas a las puntas de mi boca.
Trempé dilatado entre la niebla.
La columna oscila anhelante
por la caverna elíptica.

                   Mis dedos
ya van acariciándote el fulgor
en los pezones. Ahora gimes. Y te corres
con carcajada que despierta estalla.
Estaban muy poco productivos,
dices, pero inclinados al amor,
no creas

sábado, 22 de diciembre de 2012

Como una divagación sin fin

       Lo escribí por deber
(que no por pura necesidad ni expresa
             coyuntura)
desde la noche azul que va y se tercia
decir que el mundo gira por inercia,
       caray, que así no va!

       Me cansé al pretender
(no fue por dura obligación ni tampoco
             por locura)
tentar tanta labor, tantos segundos
de ir poniéndole obstáculos, a un mundo
       que no iba.

       Y me dormí después.
No fue por cura de soledad, por falta
             de ternura,
si no porque quería tiempo para soñar.
(Silbé en mis sueños, con paciencia, lá
       lá lá - lá lá lá lá...)

       Entonces oigo a ver...
(mas ya sé, no es cordura, querer, acuerdo,
             no es siquiera hartura)
... por voluntad, me dicen, ver el rumbo,
si se puede cambiar... Yo escondo el tumbo.
Casi que me da igual.

       Despierto con placer.
Me guardo la factura (no vaya a ser)
             de la tortura
y me arrojo a la calle en calzoncillos.
Sopla otro viento. Voces, cantos, grillos
       alas que rozan. Como pa´ gozar!

martes, 18 de diciembre de 2012

Machadiana



Me ha gustado esta fuente
desde el primer día
-Machado fue
el último poeta que
escribió verso clásico

en español- no tiene
verdín la fuente, está tan limpia
que el seno de la ninfa parece un albaricoque
casi mermelada y el chorro
que cae del cántaro
es transparente -podías entenderlo
tal como lo leías
lo veías- y tiene luz
la fuente, el centro aspira
                                                                alto
casi a esperar que un edificio llegue
tiene el brocal tan ancho
que la gente se sube, se hacen fotos
no suben en el chorro
pero porque no pueden
-Machado es claro

de tan claro a veces sus versos

se tropiezan en algo-
Y no sé decir más sobre la fuente

[Huelga recordar la pasión de Antonio Machado por las fuentes, tan escritas por él. No conoció esta, del año 1969, en la Plaza de España en Madrid, preciosa, acogedora fuente que en el caminar la tarde simboliza -así se llama- el nacimiento del agua. Cabe, eso sí, mencionar que la poesía de Machado, según dice uno de mis maestros de literatura, está en su mayor parte mal editada. Quizá esto explique que en Machado, mi primer poeta -una antología suya de Espasa-Calpe, colección Austral, habitaba la casa de mis padres-, me parezca ahora deletrear algunos sonoros tropezones. Tropezones que son en el oído hermosos granos de cotidiana, humana, increíble voz. Voz.

"Y en ti soñar y meditar querría / libre ya del rencor y la tristeza, / hasta sentir, sobre la piedra fría, / que se cubre de musgo mi cabeza."

De "Soledades", 1903, aunque el poema aparece por primera vez en 1901 en la Revista Electra.]

lunes, 17 de diciembre de 2012

Disolución

Se des
hacen, en mínimos
núcleos desajustados
a la vista y se
van

Cuando des
a
parecen,
encuentran
de uno en uno
su ajuste
particular

Ahora no
los
vemos, será por eso que
juzgamos más relevante
su disolución
concluimos falta de
consistencia, concluimos
que su vida debe de
estar desajustada

pero quién sabe, a
caso
no les vaya tan mal
cuando son in
visibles.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Mirado

Hay una chica marroquí de belleza que diría
ignominiosa casi.
Sus ojos son dos estrellas profundas y oscuras como jade.
Yo naufrago en sus ojos cada vez que los miro.

He coincidido con ella en el autobús, esta noche.
No he cruzado palabras, sólo hola
      - Hola
      - Hola, me ha dicho.
Se ha bajado tan sólo una parada
antes que yo. Y ya desde la calle me ha mirado.

Hay humedad ahora que empaña los cristales, minúsculas
esferas de agua.
El reflejo insondable en el compás del fondo de sus ojos.
Mi cuerpo en bambalinas flotando en alta mar.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Mundo que todavía

Hay en mis sueños un mundo
que todavía desconozco
de antiguos talismanes y pieles
tan curtidas como la mía
de entradas al valle y salidas en grupo
de civilizaciones tormentosas.

A menudo confundo, o creo
que querría confundir,
el mundo de mis sueños con el mundo real.
Hundo la mano allí y extraigo conchas
con el tacto de nombres conocidos
esdrújulos habitantes de hemisferios nórdicos
que me besan vapores de leche
que alimentan mi vientre blanco
quejidos que se resuelven
sólo con despertar.

Pero a menudo sé qué solo me engaño,
cuánto de falso hay en mis dedos,
sostenido en mis poros sensibles,
cuánta trepidación en todas mis raíces.
Cuánta falta!

¡Y qué enferma mi espina por un mundo real!

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Impresión:montaña

Por qué tanta constancia
superlativa a veces, casi alpina,
cuando se siente pena, cansancio, soledad
esa costumbre amiga
suspirar

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Frío

La ciudad
cuando llega el invierno
está llena de gente que ha olvidado
que tiene dos piernas
dos ojos
dos brazos
y que sólo se sabe quién se es, qué se es
cuando se mira al otro y se le ve, y es otro.

Por eso en mi ciudad
cuando llega el invierno
y sobre todo en barrios así como de plata
las aceras se pueblan de algunos
-pocos-
fantasmas que sentimos
más solos que si fuéramos fantasmas de verdad
el frío en las piernas
los ojos
y los brazos,
y también en la cara.

Ahora bien, si la cara
tan fresca como está y tan precisada
de algún calor humano
se cruza un breve instante
con otra cara fresca y precisada
que envuelve una sonrisa
una belleza
un guiño,
no saben los que olvidan
en la ciudad
cuando llega el invierno
lo mucho que se pierden. Y lo mucho
que disfrutamos nosotros
-los fantasmas-
de la vida.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Por encima del aire

Debajo de la tierra
donde me escondo
habitan los atunes
y las cigüeñas
las puntas de las alas
son ya de barro
y en la arcilla, en la espuma
transcurre el agua.
Yo nado transparente
sobre su cuerpo
abro la boca en aros
respiro fuerte.
Yo me vuelvo infinito
con la mirada
y fabrico azulejos
para su nido.

Debajo de la tierra
donde me escondo
cerca de las cigüeñas
y los atunes
no me nacen las alas
punta de vidrio
porque me puede el agua
sobre el naufragio.
Respiro indiferente
y muevo el aire
para enjugar mi frente
de piel oscura.
Debajo de su nido
como aventura
sobre mi piel de vidrio
bajo la angustia

debajo de la tierra
como cigüeña
por encima del aire
como un atún,
yo vivo

viernes, 23 de noviembre de 2012

Alocución a las 23 / ilusiones

¿Cómo miran los hombres, las mujeres? ¿Qué miran? ¿Cómo ven? ¿Qué vemos cuando miramos? ¿Qué miramos?

Ustedes creen que tienen ojos, pero es mentira. Tienen procesadores de información. Su ojo no es otra cosa que la ranura por la que entra el pen. ¿Y si les pincho?
¿Y si les pincho con mi pincho sigiloso? ¿Qué penetra suave en su ranura? ¿Qué hay aquí dentro? ¿Notan mis cables de cobre y mis bastos chips de información?

¿Desde dónde están ustedes agarrándome? ¿Utilizan algún tipo especial de encaje? Yo noto que me están extrayendo algo, y a cada poco me voy puliendo y puliendo, y puliendo. Noto su software lleno de códigos, palabras y signos. Me descodifican sin permiso. Rozan y succionan mi jugo. No alteran lo que soy, quizá, pero me pulen. Al llegar al final, ya me tienen entero.
¿Y si no soy lo mismo que cuando había entrado?

Ustedes, quizás, utilizan varios, tipos especiales de encaje. Escaleras perversas, peldaños de alivio, técnicas de interpretación, estrategias impúdicas, tácticas de escape. Excesivo para desgranarlo, innecesario enumerarlo. La lista inútil es una alfombra menuda que se acerca a nosotros desplegando sus flecos a modo de avanzadilla. Viene desde el horizonte. Por detrás está el sol que tiende a su fin.
Háganselo explorar de todos modos. Es lo mejor, no por tejer la alfombra; por conocer los mecanismos de su mirada. No dejarán de padecer el mal, pero el mal estará bajo su mando. Es al fin y al cabo lo más a lo que pueden aspirar. Que sea suyo lo que miran, suyo lo que ven.
Luego, cuando contemplen el infinito desde el acantilado, recuerden que era recto.
     
                                               Once ilusiones visuales

                                               Y varias curiosidades más

Yo solía dar clases de percepción social. Usaba imágenes como estas que les traigo hoy. No se inquieten, no es un experimento. Si lo fuera, yo no habría venido a pincharles. Es sólo que una de mis alas, González, me lleva repitiendo que les diga, mucho tiempo, en cierto modo.
Yo solía leer los últimos versos de este poema en las clases de percepción social. A veces, fíjense, terminábamos hablando de Fe. En cierto modo, qué cosas tan ridículas ocurren. Si yo sólo llevaba preparado cómo nos mirábamos los unos a los otros. Cómo funciona el software cuando introducimos el pen en la ranura. No era mi intención hablar de dioses. Sólo de ciudadanos imperfectos.

     Ciudadanos perfectos a estas horas,
     honorables cabezas de familia
     que lleváis a los labios vuestra servilleta
     (....)
     Tal como siempre, pues, pedid conmigo:
     Más fe, mucha más fe.
                                Que en cierto modo,
     creer con fuerza tal lo que no vimos
     nos invita a negar lo que miramos.

[El extracto transcrito pertenece a un poema de Ángel González, Alocución a las veintitrés. Su final me gusta desde siempre, aunque el resto no me parece gran cosa y por eso no se lo pongo. Es de su libro de 1962 "Grado elemental". Yo manejo, ya saben, la antología de Alianza mencionada a propósito de otros ojos -solos o con rimel, 26 octubre 2012-.]

jueves, 22 de noviembre de 2012

In memoriam

Escribió César Vallejo:

     Hermano, hoy estoy en el poyo de la casa.
     Donde nos haces una falta sin fondo!
     Me acuerdo que jugábamos esta hora, y que mamá
     nos acariciaba: "Pero, hijos..."

     Ahora yo me escondo,
     como antes, todas estas oraciones
     vespertinas, y espero que tú no des conmigo.
     Por la sala, el zaguán, los corredores.
     Después, te ocultas tú, y yo no doy contigo.
     Me acuerdo que nos hacíamos llorar,
     hermano, en aquel juego.

     Miguel, tú te escondiste
     una noche de agosto, al alborear;
     pero, en vez de ocultarte riendo, estabas triste.
     Y tu gemelo corazón de esas tardes
     extintas se ha aburrido de no encontrarte. Y ya
     cae sombra en el alma.

     Oye, hermano, no tardes
     en salir. Bueno! Puede inquietarse mamá.

[César vallejo vio publicado su primer libro, "Los heraldos negros", en julio de 1919 (aunque la edición primera tiene fecha de 1918). El poema suyo que transcribo aquí se llama "A mi hermano Miguel" y está dedicado: In memoriam. Busco en la vida del poeta, y descubro que Miguel era tres años y un mes mayor que César y que murió en 1915, por una neumonía. Descubro también que su madre murió en 1918. Caso todo...

Y casando, vuelvo a leer el poema. No sé si la madre había muerto o no cuando el poeta escribió los versos, pero me estremecen de una forma nueva.

-Yo, por cierto, manejo una edición de la Editorial Losada de 1961. Es de mi mamá. He visto esta misma edición por ahí muchas veces, en librerías de viejo o de segunda mano, a precio muy asequible. Les recomiendo buscar, les gustará César Vallejo-

A modo de anécdota, les contaré que anteayer observé a una joven que leía una edición completa de su obra. Estuve a punto de preguntarle si lo hacía por placer o por obligación, pero me dio vergüenza. Otra vez será.

Sólo una cosa más: tenía pinta de que le estaba gustando.]

martes, 20 de noviembre de 2012

Ensoñación

En la luz amarilla, mortecina del cuarto
hay un niño agachado cerquita de un juguete.
Es una noria, vieja no por los años
sino por esa música mecánica, lejana
que cuelga en cada uno de sus brazos.
El niño hace a su mano partícipe del juego
y ella impulsa las palas, y gira gira gira
la noria en incesante movimiento,
la música de feria...

                           Acompasando el ritmo
con la bayeta sucia, en la cocina, solo,
yo estoy en mi doméstica tarea atardeciendo
el pensar ocupado en huecos pozos.
Entonces el ambiente de silencio profundo
es surcado en silencio por el sonido tímbrico 
del juguete que gira, estremeciendo el aire
y cruza mi memoria como el desván oscuro
haces de luz que atraviesan el polvo.

Entre el polvo descubro las casetas
de la feria y el hambre de salir a la calle.
Torpes abrazos, aquellas luces, besos
que no di bajo las palas
                           de la noria grande.
Y norias de juguete que no tuve.
Y tardes que de pronto recuerdo como si.

(Me olvidaba del niño: ya levanta la mano
y deja al juego solo, rodando por inercia
en la tarde amarilla como una ensoñación.)

viernes, 16 de noviembre de 2012

Huecos

Huecos en la mente única
mente huecos en el alma
única alma huecos en
el corazón Huecos Únicos

única mente  puedo escri
bir huecos y qué le voy a
hacer si por ellos caigo
y no me encuentro
                     luego

mejor escribir nada que
en los huecos hay ecos  ecos   ecos

Cómo late el corazón!

domingo, 11 de noviembre de 2012

El doble juego del secreto a voces

He venido a contarles un secreto.
Era un secreto a voces, tan a voces
que parecía perdido su valor
ya me entienden, su fuerza.
Por eso se preguntaba
nuestro secreto
para qué quería ser secreto.
Si no tenía ni valor ni fuerza, para qué quería ser secreto.
Y por eso se hacía más a voces, tan a voces
que al final nadie sabía
que era secreto.
¡Fíjense qué paradoja!
Son cosas que suelen pasar, una espiral irremediable.
Yo les diré lo que el secreto esconde.
¿Qué les parece?
Así tendremos todo algo más claro.

Les diré que un secreto siempre esconde
que juega un doble juego
relacionado más que seguramente con la imposibilidad
de determinar el límite a partir del cual
deja de ser secreto.
Era un secreto a voces, suele decirse
y entonces pierde todo su valor
ya me entienden, su fuerza.
Pero hay veces, no pocas
en que de tan a voces los conocemos todos
y entonces resulta provechoso porque vienen
a enseñarnos cosas nuevas
a clarificar caminos
a deslindar los campos.
No sé si se habían fijado en esto
ni si he sido capaz de explicárselo bien.

¡Hay ejemplos de tantas formas!
Cosas antes secretas que hemos descubierto
y al quedar así expuestas
hemos podido deleitarnos sin arrobo.
Fíjense cuánto hemos aprendido:
el vuelo de los aeroplanos
la masa de las empanadillas
cómo hacer mejor el amor
administrar el bolsillo
expresar nuestras emociones...

Pero está el doble juego
su otra cara.
Ya, seguro que ustedes no la ignoran...
hablan de maravillas de tan a voces que parecen vulgares
insultantes
erróneas
las más de las veces demasiado atrevidas.
Hemos perdido los valores, dicen
conminan a guardar el secreto otra vez.
Ya saben, los procesos
de transición son inevitables.
Nada está quieto por tiempo indefinido.

El secreto que vine a decirles
era un secreto a voces, tan a voces
que había dejado de ser secreto
y simplemente ahí
se había acabado la historia.
Había perdido todo su valor este secreto.
Pasó como con la isla:
el mapa ha desaparecido definitivamente
nadie recuperará nunca ese tesoro.
La riqueza ha sido gastada o ha cambiado de titularidad.
Nosotros guardaremos el secreto
porque de tan a voces tiene un alto valor
una gran fuerza.
No sabemos siquiera que era secreto,
¡así que podremos utilizarlo a nuestro antojo!
Hay que tener en cuenta, solamente
que el secreto mismo puede tener interés en recuperarse.
Que el proceso de transición es inevitable.
Que nada está quieto por tiempo indefinido.
Hemos de estar atentos, porque así
funcionan los secretos
y volverá el momento de darlo a conocer

[Abundaron las cosas que pasearon por mi cabeza mientras escribía esto. Parecía un parque mi cabeza, lleno de plátanos, de castaños y de paseos.

Pasó por allí Watzlawick, a quien les recomiendo encarecidamente que exploren si tienen curiosidad por la psicología humana.

Pasó Houllebecq, afamado en estos tiempos. Iba muy acompañado. Gente que, me pareció, necesita categorizar la vida para sentirse bien. Me pareció comprensible, la verdad, aunque algo triste.

Pasaron unos cuantos millones sin maleta y unos tipos con traje que corrían porque les perseguía la policía. (Luego resultó que la policía perseguía a otros tipos, muy negros, que llevaban copias de cedés. Consiguieron despistarles y me invitaron a una caña, a la salida del parque, en un bar en la calle Sáinz de Baranda que ahora se llama El Rincón de Arturo.)

Pasaron hemistiquios y pausas versales, tipos de letra, edición de textos, la métrica de Machado y la de Rubén Darío, el amigo Unamuno haciendo dibujos en el cuaderno... estudios literarios en fin que fueron quienes me hicieron venir a contarles un secreto -cuánto me gustan-

aunque luego me fuera por los cerros de Úbeda.]

jueves, 8 de noviembre de 2012

El panzudo

Los diminutos cuerpos
de las hormigas trazan
caminos en la arena
que conducen al fondo
de la caverna.
               En ella
hay un panzudo ser.
-Callad, está durmiendo
dice Miga a las otras,
cuando estaban entrando
alborotadas.
              -¿Por qué?
le preguntan. -¿Qué pasa?
- Recién le di el veneno.
- ¿Se lo ha tomado todo?
- No ha dejado ni gota.
- ¿Y entonces? ¿El problema?
- Quiso morir soñando.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Isla

Cuando te miré
tus manos se limpiaron en el vestido de flores
pero cuando miraste al fondo
allí apareció una isla
y en ella tus manos flotaban por el agua cálida.

Luego, cuando conseguí hablarte,
desviaste los ojos y se esfumó la isla,
tus manos tragaron agua
y se escondieron.

Las busqué por los pliegues del vestido de flores.

Las escudé con las mías.

Y extraje no sé de dónde un lápiz blando
que utilicé para dibujar
en tus dedos palmeras
en tus palmeras olas.

Fueron agitadas por el viento.

Parecían bandadas de pájaros.

Me miraste entonces con el ala entablillada
del fondo de tus ojos
y me alcanzó una luz.
Hoy recuerdo ese día como si hubiera sido de verdad.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Poema de amor

Tú tienes unos tobillos hermosos
pero a mí me revienta en las tripas
ver el mundo girar alrededor
en paro y en quiebra
en paro y en quiebra
en paro y en quie bra

martes, 30 de octubre de 2012

Tormenta

Crean
el viento y las nubes
el fragor de las ramas de los árboles
la inevitable sensación de mar
de naufragio doméstico y seguro
de inquietud palpitante
de agitado silencio.

Y caminamos
con las mentes vacías
dispuestas a colmarse de sabor
ateridos de frío y de humedad encubiertos
por sendas ignoradas cuyo destino
desconocemos.

No
llegamos al fin,
quizás al fin ya nunca y nunca llegamos.
Pero encontramos valles
y recodos
donde precipitar las entreabiertas aguas
las tersas piedras
y el cansancio angosto.

Casi como en la vida
la inevitable sensación de mar
de naufragio doméstico y seguro
de inquietud palpitante
de agitado silencio

lunes, 29 de octubre de 2012

Quiero cantarte un beso

A menudo pongo música en la cocina muy alta y en ella bailo. Mi espalda vibra. Y mis talones duelen. Me miro en el cristal de la ventana. Bailando. Bailando.
Para esto tengo que estar sola

[Ayer fue domingo por la tarde. También por la mañana fue domingo, pero es distinto. Salí a comprar el pan y las verduras, usé la voz para pedir el cambio. Por la tarde estaba solo. Mientras limpiaba la cocina, decidí escuchar un disco de Silvio Rodríguez. Año 2003: Cita con ángeles. Búsquenlo. Yo pensaba que Silvio Rodríguez estaba un poco acabado, pero él dice que su casa ha sido tomada por las flores y que quiere cantarnos un beso. Ahí salió este extraño texto, no sé de dónde ni sé todavía de quién... o sí lo sé, pero no es eso lo que importa. Me vi bailando en la cocina muy alta, y doblando ropa, y tallando el baño. Búsquenlo, porque para eso no hay alas, ni globo ni avión, para eso sólo hay el amor]

A menudo pongo música en la cocina muy alta y en ella bailo. Mi espalda vibra. Y mis talones duelen. Me miro en el cristal de la ventana. Bailando. Bailando.
Para esto tengo que estar sola.

Luego sigo por doblar la ropa. A cada pieza que doblo, sonrío. Los talones levantan su peso del suelo. Y allí
las baldosas se balancean... tiemblan.. y bailan. Parece que ríen.
Pero para esto tengo que estar sola.

Luego subo las escaleras de los armarios. Y como mono cuelgo de las perchas de alambre. Emito zumbidos de voz que va por las antenas de las casas como el verso certero de un Silvio Rodríguez en plena forma. Me siento en plena forma.
Y tengo que estar sola para esto, sin que tú sepas que me contoneo.
Ni que he mandado a otra contigo.

Sin que lo sepas: que hago mi nido de araña en los botones de las camisas y en los cordones de las chaquetas, que hilvanados tengo docenas de nudos que conducen al baño, a la despensa, las habitaciones... Me veo acarreando un balde de lado a lado. Llevo frascos, esponjas, tenazas. Todo lo que necesito para suavizar tu piel y deshacer tus atascos. La vía de servicio está garantizada. Cuando vuelvas, tu amenaza de expulsarme de tu vida, podré morderte el corazón miedica.
Limpiaré los bichos que traman en tu alma, boca de miedo, y te diré que ni sabes.
Que bailo cuando estoy sola. (Porque para esto tengo que estar sola).
Que contigo he mandado a otra. Mi otro yo.

(Ella no sabe mentir, si lo supieras...
preguntarías toda la verdad. Y ella te contestaría. No sabe hacer otra cosa. Que cuelgo de las perchas de alambre. Que me enredo en los botones de las camisas. Que doblo la ropa por ti.
Pero tú pensarías que miente.
Y entonces ya no quedaría posibilidad.)

Así que a menudo pongo música en la cocina muy alta y en ella bailo. Luego sigo por doblar la ropa, subo las escaleras de los armarios, preparo mi nido de araña hasta que vuelvas.
Por qué para esto tengo que estar sola...
Es algo que ya ni me planteo. Si fuéramos más sería tan difícil mantener el secreto...


viernes, 26 de octubre de 2012

Solos o con rimel

Visto que hay personas que leen y que me leen, visto que a mí me gusta que sea así, por eso existen estos mis granos públicos, visto que hoy no quiero poner nada, visto que no me da tiempo -el Señor de las Manecillas, hace ya, comprobamos que es un ladrón eficiente-, visto lo visto, hoy les dejo con unos ojos:

     Le comenté:
      - Me entusiasman tus ojos.
     Y ella dijo:
            - ¿Te gustan solos o con rimel?
      - Grandes,
            respondí sin dudar.
     Y también sin dudar
     me los dejó en un plato y se fue a tientas.  

[No son míos estos ojos, si no de Ángel González. "Eso era amor" se llama el poema. Nos los dejó en Breves acotaciones para una biografía (1969). Yo manejo una antología de Alianza Editorial, con introducción de Luis Izquierdo. Lean a Ángel González, les gustará.]

jueves, 25 de octubre de 2012

Sentidos

La lengua y el oído son amigos
salieron de parranda la otra noche
los vieron divertidos a las cinco
no habían bebido nada.
Bailaban en la pista de la disco
agarrados del brazo como amantes
los vieron y recuerdan que reían
se contoneaban con audacia.
"La lascivia creció sin darnos cuenta
y el oído y la lengua hicieron esas cosas
en medio de la sala mismo",
la nariz y los ojos lo han contado.
La piel se presentó en comisaría
y gritó que quería denunciar unos hechos:
- Vengo a poner una denuncia! - dijo.
Sus razones tendría la muy puta.
El caso es que se le notaba frágil
y tuvieron que darle un ansiolítico
antes de la declaración.
La lengua y el oído ya han testificado.
La piel está en la cama. Enfermó de deseo.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Quimera

Los conceptos se topan las ideas
los motivos las ganas el sol todos
los sueños esperanzas y deseos

se topan con los muros de la piedra
con el silencio y frustración y lodo
de la rueda en constante movimiento.

El movimiento cierra las cancelas.
Alto paso le abre al desafuero.
Abre paso a la risa de acomodo.

Afuera quedan todas las esferas.
Y esférico se topa el desencuentro
de la quimera que buscaba el modo

hacerse realidad sin ser quien era

lunes, 22 de octubre de 2012

Alas azoteas

No acostumbran a trepar
alas azoteas.
Por eso no saben
que el cielo desde ellas
brilla más,
que las moles inmensas de ventanas
se te antojan rebanadas huecas
sin bocado
como las antenas torpes
amarillos pájaros convalecientes de
ala entablillada.
No saben que sale
de las chimeneas
vago el rescoldo de su calor
para hacer al aire como hacen
las aguas del río a las piedras del cauce.
Ni saben que abajo
corre
varia gente
en un hacendoso afán de vivir.

No acostumbran a trepar
alas azoteas.
Y por eso creen.
Que la luz se aleja
al oeste sin ver
cómo es en el este donde más
ella juega.
Creen de los tejados
que no son galantes
ni las terrazas vivos aposentos
para la soledad.
Creen las luces del hombre
un pálido noviazgo a las estrellas
sin ver cómo las cúpulas
cópulas son del viento.

No acostumbran a trepar
alas azoteas!
Y tal vez por eso
siempre por más cosas pero tal vez por eso
no saben bajar

miércoles, 17 de octubre de 2012

Capto

Capto
mientras camino
o cuando espero
breves espacios
conversacionales
momentos
ajenos
casi extractos de vida
sin sentido.
Construyo
historias suaves
críticas
sentimentales
camisas de once varas
argumentos que
llevarme a la boca.
Carezco
o espero carecer
de verbos absolutos
de visiones
(siempre cuelga la duda del valor).
Yo disfruto escribiendo
lo que capto
mientras camino
o cuando espero

martes, 16 de octubre de 2012

Sin ánimo de lucro

Sin ánimo de lucro fue la empresa
y no encontró formato más falsario
y fue paternalista en buenos actos
(quiso crecer como familia en ciernes)
así disimulaba su ansia ciega.

¿Sabes qué significa ser empresa?
¿Miraste alguna vez el diccionario?

Yo viajo en autobús, camino, paso
y siento el gesto, sí, de buenas gentes.
De gentes simples de carácter, presas
entre angustias vitales tan complejas...
(Creo virtud ser simple en escenario
y que todo el que puede nunca es falso).

Yo me pierdo en los ojos de la gente
(repito la palabra porque pega, porque es bella)
en sus brazos, sus hombros y sus piernas.
Y no veo ni empresas ni programas de radio
publicitarios, de mensajes falsos,
que hacen aparecer a empresas indecentes
como de este negocio niñas buenas.

Me quedo con la gente simple y cierta.
La que mueve mi espíritu a diario.
No quiero que me salven con engaños
con entes bondadosos que me empeñen
con programas de radio, con empresas.

[Hace años de esto, muchos años. Ahora entiendo más, y dudo entonces cada vez que repito estos versos. No sé, demasiada moralina, demasiado valor implícito en busca de verdades que resulta plausible que no existan. No sé, si puedo suscribirlos todos; conozco empresas y conozco gente. No detesto el ánimo de lucro (todos y todas comemos, y no lo vamos a dejar de un día para otro). Sé que, en sentido estricto, no ánimo de lucro y empresa son términos incompatibles. Pero también sé que la lengua ha de ser viva, o no ser. ¿Saben qué significa sin ánimo de lucro? Mírenlo, creo que vendrá bien aclararlo. Hoy creo más en tomar el poder, nuestro propio poder, el de la gente. O no ser.
Bueno, fuera de tantas zarandajas, les dejo esos intentos de versos. Busqué una estructura cíclica, repetitiva, no recuerdo por qué. Estaba jugando. Son, insisto, de hace mucho. Suscribo de lleno lo de que me quedo con la gente simple y cierta, la que mueve mi espíritu a diario, como espero que se haya notado ya.]

lunes, 15 de octubre de 2012

Acción poética













Abro el blog como abro las piernas.
Cedo ante las manos que acarician mis testículos.
Allí la piel es muy suave.
El tacto despierta mi aliento cansado, con un tenue suspiro, mi pasión se levanta de gozo.
Abro los ojos a sabiendas de que aquí me pierdo.
Perdido, como árbol hendido, me reposo.
Me recojo dentro de mí
como una mariposa en un capullo alelado.
Quedo alelado a veces, cuando me rompen la realidad y el tiempo, como niño asustado, pero a menudo
logro salvarme. Poesía. Acción Poética en el umbral del silencio.
Es difícil saber a dónde me conduce, pero resulta fácil desvelar sus causas.
Es por ella que vengo hoy aquí.
A este acto de amor en el escroto.

Abro el blog, como abro los ojos, y cedo ante las células que me miran el alma.
Es un día directo, demasiado pesado, negativo.
No es otra cara, sino la cara misma de mi ser (quién miente, quién dice la verdad, quién se siente...
Pueden tocarse con las manos estas nunca certezas
como si se acariciaran los testículos de otro.
Me recojo dentro de ellos.
Y desde dentro estallo con esta voz sonora, son risa, sin pausa.
Ustedes que me leen saben que lo hago a posta, lo hago todo a posta, como un niño.
Rompo los castillos de la arena.
Luego, a veces, es demasiado pesado sostener tanta responsabilidad.
  Demasiado directo.   Demasiado frágil.
Esto causa mis desvelos, y causa mis anhelos también. En el umbral de este silencio.
Como un grito bajito, para no molestar...

abro el blog. Como abro las manos. Para esparcir por el aire flores y sonrisas
colores
aromas.
Cedo ante su polen
porque me aquieta el aliento, las ganas de pensar, Sentirme solo.
Digo "Sentirme solo", con mayúscula, sí... no avisen a su centro neural de tal anomalía. Revisen lentamente la frase. Dentro se esconde algo fácil de adivinar.
Sentirme solo es causa de toda Acción Poética.
No he comprendido en otro caso nada.
Y aunque sea tan solo una soledad falsa
esta soledad la llevo siempre conmigo.
Estoy vestido de mí.
No puedo superar mis silencios.
En el umbral de estos silencios, soy feliz.

¿A ustedes no les pasa?

[Acompaño algunas fotos de un proyecto de poesía pública que, según parece, se autodenomina, con buenas razones, Acción poética. Lo inicia, parece ser, el poeta mexicano Armando Alanis. Me ha encantado. Búsquenlo, por favor]

domingo, 14 de octubre de 2012

En una playa

recordarte desnuda en una playa...
Pablo Jauralde Pou
- Han ganado los malos -

Recordarte desnuda en una playa
y si no te recuerdo, imaginarte.
Algunos dicen que la vida es arte,
yo suscribo este acento y no me raya

decirlo. Aquí lo digo: en donde haya
una mujer desnuda... enamorarte
una tras otra vez, al sol, rozarte
y besarte la piel que me desmaya...

Algunos dicen que la vida es suerte,
repiten otros que es más bien denuedo.
Yo me vivo que todo hasta la muerte

es buscar el lugar donde me quedo.
Desnudo en una playa para verte.
Muerto de hambre y en tu carne cedo.

[El verbo ceder me parece merecedor de alabanzas; contiene una virtud que no veo apreciar a menudo, por desgracia, en los tiempos que corren. Además, me permito indicarles que cedo es adjetivo reconocido por la Academia de la Lengua Española: luego, presto, al instante. Dice su diccionario web que se usa en el norte de España, y es verdad. Yo lo he escuchado mucho como temprano. Me gusta esta homonimia entre lenguas.]

jueves, 11 de octubre de 2012

Carrera

Planifico mi carrera en un papel.
En él dibujo árboles.
Los árboles me llevan a una casa
con chimenea, al humo
que se expande, al camino
que va desde mí
hacia ella.

Mi carrera
es el camino que me lleva hacia esa casa
desde la que salto
de árbol en árbol
de rama en rama.
Expando el humo.
Planifico las chimeneas en el papel.

A veces salen torcidas
las chimeneas
cuando las ejecuto, a veces no.
Pero no importa nada, porque entonces
el humo es más azul
y siento un miedo
que me hace recordar que soy un niño.
Y planifico una carrera en mi papel
porque a mí realmente lo que me gusta
es saltar

viernes, 28 de septiembre de 2012

Mechero

Perdí el mechero en el autobús. Llevaba en mi bolsillo izquierdo casi veintiún meses. Venía de una isla cálida.
Se deslizó de mi bolsillo por llevar la pierna doblada, con el tobillo bajo el otro muslo. Estaba inquieto. El viaje de autobús terminaría pronto.
Perdí también un trozo de mi vida, el que puse debajo de mi bandera roja. Luego saqué la blanca, y era tarde. Me destrozaron los balazos rotos.
Me recompuse a ratos
breves con mi fruta animal, mi más salvaje ansia de ser yo mismo. Estoy conmigo en esto y no me fallaré nunca. Ni nadie. Puedo gritarlo sin tener un sello. Puedo gritarlo sin tener un sello.

Anteayer tuve un sello. Hubo niños que jugaron con él, les enseñé a ser ellos mismos, pasé con ellos muchos buenos ratos. Era otro tiempo.
Quedan en el aire que me rodea perlas de materia que brilla.
Cuando las toco, revolotean sorprendidas, después se arrullan sonoras en algunos poros de la piel. Es como si se sintieran a gusto en casa. Les pongo una manta leve para que puedan descansar bien. Si alguien llamara al timbre, ellas sabrían qué hacer entonces. Yo me desentiendo, ellas ya son mayores. Pero el mechero me hacía falta.
Para quemar pelusillas.
Para encender chispas mágicas.

Cuando bajé del autobús, miré sorprendido las calles llenas de comadrejas. Pululaban sin esperar mi llegada. Parecía que habían organizado el mundo y que todo estuviera controlado. Les espolvoreé el producto. Un tipo pasaba cerca.
Le pedí su mechero con la excusa de chamuscar un muslo de pollo para la comida. Él no dudó en dejármelo prestado. Y fue así que pude terminar con éxito mi trabajo. La llama prendió el polvo, se llevó por delante todos los malos sueños de aquella gente, la tinta y la nada de sus sombras.
Yo cogí el autobús siguiente. Ahora tengo los ojos cerrados. En mi bolsillo izquierdo brilla una perla más.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Los trenes

Los trenes respiran...
Los trenes caminan...
Los trenes suspiran...

Todo lo que hacen
             Los trenes
lo hacemos los seres
humanos también...
Pero lo revestimos de una
sustancia pegajosa
a la que ponemos nombres
pasión sentimiento conciencia.
Sorprenderá sin duda al ser
de otro planeta
que todavía no se nos haya derramado
esta sustancia
por algunas partes de fácil acceso,
como se derraman un café con leche
o un postre de crema
por toda la mesa al tirar del mantel
cuando te levantas airada
sin consuelo
con ira
y sin terminar la cena te vas
sin decir adiós
en un tren que Respira
                          Camina
                                  Suspira por ti.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Los autobuses

Los niños saludan
a los autobuses
con sus manos breves.
Yo no sé porqué...

si porque contienen
mucha gente y alguien
debe de merecer ese saludo
si porque son rojos
como los tomates o las flores rojas
si porque bien mirados
de frente parece que tienen ojos
grandes ojos
y una frente luminosa
como la mente de los niños
o simplemente si
porque se mueven.
Y llegan.
Y pasan.
Y ya

Yo no sé porqué, pero quisiera
como los niños
saludar a los autobuses
con mis manos breves.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Utopía canibalista

Los fuertes le mostraron
los puños al más débil
y le hicieron papilla.
Luego lo devoraron,
tan voraces
que no pudieron apreciar siquiera,
hasta que en la garganta
la barriada de nódulos
les hiciera imposible respirar,
que aquellas proteínas germinaban
su propia destrucción.

Sus cuerpos
apestados
cosecharon en la comarca
uno de los mayores fracasos gastronómicos que se recuerdan.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Insumisión

   Paseo
 cada día
un libro bajo el brazo.
Cuando lo abro, siempre
hay dos letras
que se escapan de la mano
             juntas por el aire
Las atrapo deprisa
pues temo que produzcan una revuelta
entre las letras todas
y el sentido se vea reducido a la nada.
Es tal el arte que he adquirido
en anular los saltos
de las pequeñas díscolas
que ya no se sorprenden.
Murmuran
             otra vez 
pero entre dientes
y ocupan su lugar sin dar la menor queja.
Eso sí, cierro el libro
porque el temor a su revolución me puede
y es entonces que oigo
un pequeño rumor
y pienso qué harán dentro
              para divertirse.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Pequeñito

José Ángel Valente, en Breve son, nos brindó este poema pequeñito y demoledor que ronda mi cabeza. Manejo, igual que en la entrada inicial de este blog (de 5 de mayo de 2012), una edición (Punto cero) de su obra poética completa (editorial Alianza).

    El hombre pequeñito
    saludó al muy solemne,
    sacó una servilleta
    y dibujó un gran mapa
    de su pequeña patria.
                          Puso en ella
    barquitos de papel, colores, árboles,
    unos peces azules
    nadando en la mañana
    y hasta un pájaro pinto.

    El muy solemne extrajo

    del profundo chaleco
    dos soldados de plomo.
                          El pequeñito
    recogió con cuidado
    de no perder migaja
    su patria servilleta
    y se fue como vino.

    El vencedor pestañeó perplejo

    con sus sólidos párpados de palo.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Cidade dos Pequeninhos

Coimbra está en Portugal.
En Coimbra está a Cidade dos Pequeninhos.
Aparece en unas fotos en el ordenador mientras estoy haciendo otras cosas.
Las fotos son de diciembre de 2006.
Su hallazgo agiliza mis dedos repentinos, que parecen de lumbre.
Desprendo tres o cuatro llamaradas que resuenan como teléfonos en la tarde extendida.
Parece que ardo cada día un poco mejor...
sabe dios qué quiere decir esto ni por qué se me viene a la cabeza.
Les diré lo que pienso:
la vida mola como una gran pelota de chicle, de esas que sólo quedan en los bares de carretera.
La pelota explota dentro de la boca con mucho sabor a azúcar
- acribilla los dientes
- agujerea la lengua,
luego, papilas anestesiadas, se produce un lento masticar.
Así mola la vida.

En A Cidade dos Pequeninhos leí el poema de la foto.
Me impresionó tanto que hice clic
hizo clac la pelota de chicle en mi boca
saben ustedes cuánto me gustaría si cliquearan conmigo hoy.
Por eso reviso mis cuadernos.
Busco una casualidad divina que ofrecerles, para que tengan un masticar mayúsculo.
(Imaginen que entonces me hubiera dado a mí por escribir
algo que ahora viniese a cuenta de esto otro).
Reviso mis cuadernos, busco ese diciembre de 2006. Pero no hay nada escrito.
No escribí nada solamente
hice clic...
En 2006 yo estaba anestesiado de cosas que me parecían mayúsculas
es más que probable que me creyera un poco como Dios.
Hoy ya no me pasa.
Hoy tengo la pelota de chicle entre los dientes
y creo más en la belleza, en el lirismo, en lo minúsculo. En los pequeñitos.
Visítenlos un día si pasan por allí.

Creo yo que tendrán un buen rato en la ciudad.





lunes, 17 de septiembre de 2012

Longa noite de pedra

[clic sobre la imagen]

Sólo tus senos puros, primavera
De Celso Emilio Ferreiro, poeta gallego
(Ver también entrada de 30 de agosto de 2012)

sábado, 15 de septiembre de 2012

Como una hoja

Como una hoja cae
mi amor se agarró a ti
alabeando formas en el aire.
Cuando quise saber
ya estaba en vuelo,
ignorante de si tendría firme
o manto vegetal
o estanque helado.
Pero la sensación
es luminosa:
caminar por el aire como una hoja

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Silbo

Incierto
silbo agreste
entre silvas y juncos, esperanza
de ser arroyo claro
y espadaña en el centro
de los ojos de alguien
que no ve.
Una ilusión completa.
De algún modo la muerte.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Los inconsolables

He leído en los últimos meses dos novelas de Kazuo Ishiguro, "Nunca me abandones" y esta "Los inconsolables". De la primera diría que es mediocre y que suscita más expectativas de las que satisface. Me dejó un poco frío. La segunda es un novelón en el que navegué sin pausa posible con un ardor creciente. Un galeón precioso, de madera añeja, bruñida, vibrante.
Cuando estás en él, las jarcias y todas esas cosas pululando por encima de tu cabeza, te encuentras en cubierta con personajes adocenados, y tienes que saludarles a todos porque así son las reglas. De vez en cuando estallas de repente, porque claro, no te queda tiempo para nada, pero no se nota... las reglas dicen que tu momento llegará más tarde. Lo más raro es cuando de pronto pasa alguien que no las sigue y te lleva consigo a otro mundo. Bajas por las escaleras y resulta que han cambiado la madera por marcos de hierro y los ojos de buey por grandes cristaleras que miran al parque cercano. Un parque con avenidas de arena y praderas verdes, farolas, por el que pasean ciclistas. Entonces escuchas la voz de un niño que sólo piensa verdades y que ya no sabes si eres tú. El niño pregunta por su muñeco, y te ves forzado a entrar a buscarlo, otra vez como si no fuera la primera.
Tú ya has estado aquí antes.
Probablemente lo que me arrastró más y más adentro de "Los inconsolables" es cómo perfectamente están confundidos la vigilia y el sueño, la realidad y el deseo, lo de fuera y lo de dentro. La novela es clásica de estructura, sencilla, incluso lineal, pero te la pasas entera dando vueltas sin saber adónde. No precisa truco ninguno, es sólo magia con palabras.
Y no sé, me gustaría que la leyeran, creo que les gustará.
(Aunque al final puedan marcharse sin haber resuelto nada, no cierren el paréntesis

viernes, 31 de agosto de 2012

Ribadeo (Galicia) 30 agosto 2012

Celso Emilio Ferreiro escribía en gallego, que era a súa lingua. Mi padre dice que hay un libro suyo muy interesante, "Longa noite de pedra", en edición bilingüe. El poema (extracto supongo) de la foto es muy famoso, me dice Marta, entre galeguistas. Espero que os suene bien, como a mí hoy por las calles de Ribadeo.
Nunca llevo gravata, no va conmigo. No sé hacer el nudo. No me ha interesado jamás ese objeto que aprisiona el cuello y cuelga sobre la barriga a una altura que puede ser o no acertada. En mi imaginación, lo más que logro es ver la punta triangular metida en la sopa, no me da para más.
En mi memoria veo sin embargo a mi padre aflojándola, al llegar a casa. Antes, él la usaba siempre, sobre todo por disimular un gran quiste de grasa que tenía justo debajo de la nuez. Hace unos años, se la extirpó un cirujano. Fueron, bola de grasa y corbata, a un lugar ignorado del que no han vuelto nunca...
Mi abuelo por su parte, Ricardo se llamaba como yo, la ponía para ir a la ciudad, y también para hacerse fotos. Se le ve orgulloso en ellas, grande y orondo abrazándonos. Fue un hombre que dicen no tuvo nunca nada, pero esa nada fue como tenerlo todo. Una pequeña corbata negra sobre la camisa blanca de domingo.
Quizás tanto como la tapa pintada de una alcantarilla que encuentro hoy cien metros más allá.
Como la tarde que he pasado deitado fronte ao mar.
Cheo de amor por mis devanceiros (predecesores).

miércoles, 29 de agosto de 2012

Nubes

Increíbles: las nubes blancas
grises azules superpuestas
opacas y brillantes in
tangibles: las nubes increíbles

martes, 28 de agosto de 2012

Los jabalíes

El sexo de tu piel, los jabalíes
devorando como prodigio tus enaguas,
el hambre que tejo bajo tu sonrisa,
la enfermedad, saberme desolado
si te vas. Se confunden
tanto la nieve, el sol, las cucarachas
que uno se siente solo
loco, como una espiga
como una soledad frente a la muerte.
El veneno
de las gotas de sal. El amargo
aspaviento de las ratas que hacen el amor.
Hacer el amor contigo
sobre un lecho de espinas.
Después, acaso, rezar.
    Creo en ti, virgen,
    calva de ascuas,
    duna de barro, lluvia
    de semillas, ansia.

El amor de los perros. Hieres
la fiebre de la noche con tu piel,
la inquietud, el sonrojo
de mis manos con tu mirada.
Los tigres van
mordiéndose las uñas, el aire
vuela sobre la ropa tendida
despide aliento, escupe
mierda con su lengua, sus dientes
esperan un hueco de lombrices,
como si el suicidio se hubiera consumado.
Demasiado sexo, dices,
demasiado dolor, si te vas
demasiada fe.

El amor de los perros.
La irrupción precipitada de los jabalíes.
Las cicatrices, el fragor, las costras
de tu piel. La ballena
desparramada en los acantilados.
Sus trozos de carne.
Mi dicha.
Luego, mucho más tarde, el olvido... Perdón,
    malditos huesos de aceituna
    malditos sueños de color a verde)
La Rabia
de no saber cómo aferrarte.

viernes, 24 de agosto de 2012

Sobre las odas

Enojadas un tanto, algunas odas
elevaron un grito agudo al cielo.
De arriba cayó un rayo
con forma de martillo
que las dejó aplastadas contra el
pavimento.
Se esparcieron sus rimas ya sin juicio a lo lejos.

Desde entonces -se dice- las odas no se enojan.

lunes, 20 de agosto de 2012

Las avispas

Las avispas huyen de mi
mente, casi se tornan
aéreas
palabras
expresiones hábiles
de las impresiones que in-
vaden mi día, como hormigas
locas mojando mi
cuerpo, la rabia
corroe mis entrañas tierra
de lombrices, todo
lo que vuela in-
hunda mis días.

Y. me contradigo

Y. me torno incierto

Y no sé si amo
si ardo o si ador-
o casi
si deseo sólo,
sin saber qué quiero
si romper si nuevo si pasado
todo si amanezco
como si trasnocho
romo
como si dormito
si quiero o no quiero
olvidarte, amarte, carecerte, tierno
Gusano de anillos gruesos y redondos.

sábado, 21 de julio de 2012

Planeta sonrisa

Planeta donde los dientes
sonríen con tu sonrisa.

Echo de menos tus dientes
me dice dentro una boca,
le sostengo la mirada
me mira lo que te haría
si pudiera, si no hubiera
tanto jodido armazón
para mantenerse vivo
tanto compromiso ahora
tanto miedo / tanto miedo
qué sé yo.
Lo que te haría
brilla en sus ojos ahora:
mis dedos entre sus ramas
acariciando su vientre
mis labios sobre sus labios
mis dientes contra sus dientes
entrechocando terribles
entrelazándonos.

Guarda ese brillo en los ojos
para cuando vuelva a verte.

miércoles, 18 de julio de 2012

Decía la receta

Tres poemas al día
decía la receta
una rama del apio
de la vecina más hortera que se tenga
innumerables horas de vacío.
Hurgar en él
como Murakami en su pozo
sin perder la consciencia del mañana
ni el pájaro triste de la felicidad.

Comer el apio crudo.
Dejar macerar el resto.

lunes, 16 de julio de 2012

Pasó ese tiempo

Pasó ese tiempo.
No hubo demora
ni precipitación.
Cuando la tierra tuvo
que temblar, lo hizo
también cuando fue hora
de llorar. El mar
estuvo en su sitio,
resplandeció la luna en él.
A veces hubo olas.
A veces niñas.
Gritaron sólo las lombrices
pero nadie escuchó su canto agudo,
nadie oyó que avisaban.
Nadie les contestó.
Era el perdón.
La madurez.
El olvido.

Por un hilo

Me topé en la seda
de la piel de la calle
con un poema
esparcido.
Cuando llegué a su boca
después de saludarnos y antes de conocer
nuestros nombres, yo sabía
que habríamos de ser
buenos amigos.
El tenía un sonido
sonriente en los labios
y yo necesitaba una sonrisa.
Le invité a un café
y conversamos.
Del surco de su aliento
brotaba la alegría
se descolgaban letras que cabalgaban
por las voces del aire, y volvían
tras contagiar su sangre.
Él parecía estar
también alegre
reía sin parar
me daba besos
y sus versos bebían
la música salvaje que habita
entre las ramas de los árboles
en las espigas nuevas
de los trigos.
No sé cómo ocurrió
pero me emborraché con su frescura.
Volví a casa dando tumbos
rebotando de pared a pared.
Al día siguiente lo encontré en mi cama.
Me lleva caminando desde entonces
por un hilo
como aquel que camina por el aire.

sábado, 14 de julio de 2012

Hermann Hesse pintor

En febrero de este año me topé con un exposición sobre Hermann Hesse.
Imagínense a un psicólogo algo gastado de psicologías y mandangas que camina una tarde noche fría de M. Curiosea, piensa, titubea ante un portón y traspasa el umbral. Se encuentra con esto:

La realidad es aquello con lo que uno no se debe de conformar bajo ningún concepto, aquello a lo que en ningún caso hay que venerar o adorar, porque es la casualidad, vida disminuida. Y no hay quien modifique esta miserable realidad, siempre decepcionante y monótona, si no es negándola y mostrándonos más fuertes que ella. En mis composiciones se echa en falta en muchas ocasiones la usual atención a la realidad, y cuando pinto, entonces los árboles tienen caras y las casas ríen o bailan, o lloran; pero la mayoría de las veces uno no puede reconocer si se trata de un peral o de un castaño. Tengo que aceptar este tipo de críticas. Admito que incluso mi propia vida se me hace muchas veces un cuento; a menudo veo y percibo el mundo exterior relacionado y en consonancia con mi interioridad de una manera, que no puedo menos que tildar de mágica.

Extracto de Curriculum Breve, 1921/24, de Hermann Hesse. Me pareció maravilloso.





Encima descubrí que Hermann Hesse pintaba. Les pongo algunos ejemplos sacados de algún blog o web. Curioseen.
(Exposición en Facultad de Filosofía, Universidad Complutense Madrid, 6 febrero 2012)      

viernes, 13 de julio de 2012

Motivo voz 1

Huele mal, y yo tengo
que decirlo.
Huela a ría inundada de sal de papelera.
Huele a alquitrán planchado.
Huele a mierda.
También, hay que decirlo, no hace ruido
y eso me escama todavía más.
(No hará falta que explique
los motivos... o sí: como una sierpe sigilosa
avanza condenando todo al fétido olor.)
Al sol se pone seco
ya no sabe reírse
no tiene orejas de macaco tierno.
(Creo que le quitaron la nariz cuando niño,
su madre, la perversa, en un juego sin normas).

Huele mal, y yo tengo
que decirlo
pues temo que si no
me salgan llagas
purulentas, conatos de sebáceos
quistes
insajables
y me quede sin tacto, malherido
con los ojos hinchados y el gusto en un amargo
sabor indisoluble.
Sin sed.
Sin sed ni olvido para la insidia
para las asechanzas del hombre.

[Año 1997, sigo probando. No obstante, hace no mucho, 2009, me pasó que de repente varias cosas se juntaron en mi cabeza. Se produjo una extraña eclosión. Vean:

Motivo voz 2

Puede dar miedo.
Es oscuro y angosto como la mirada de un ciego
roto
como el hierro oxidado de una memoria gastada,
sin uso.
Se siente dentro
y el gato que escucha tosco
sobre la hierba
se estanca y procrea.

A veces duele.
Cansa mucho.

Pero se dilatan los límites del tiempo
cuando sucede.
Y es el mejor lugar para sufrir
el hueco
que queda en el ego del eco
de tu voz.

Luego descansas.

Motivo voz 3

Huele mal
pero suena.
Inquieta pensar
que podría elevarse
y derribar los miedos que hemos practicado
solo como una luna
como una nube sólo
como haciendo la luz.
Inquieta pensar
   esa riada
y de repente amanecer desnudo
de espanto, suave
como cáscara de nuez
protegido.

Huele mal
pero suena
y viene acompañado -se diría-
de un amasijo de ampulosa espina.
En su croar, la sien
pensar inquieta
proyectarse mañana
ser sin marca
y poderlo gritar:
   ¡No tiene fondo de raíz!
   ¡No sabe a náusea si se va!

Como el arrullo libre
del avestruz amaestrada
dejarlo ir...

Y entonces el árbol despliega para nosotros
su árbol, el miedo
recoge su valor espantado
en lo más espléndido de las hojas,
el río suena
aunque huele mal,
y nuestro canto se transforma inquieto
en alarido que atesora el mundo.

Sólo proclamo lo que he visto.
Sólo lloro si hay de por medio muerte.
Así tal cual prosigo.
Aunque cansado de saberlo todo.

Motivo voz 4

He recorrido tierras pequeñas
cerca de un centro mismo
no lejos del genoma.
No he sido extraordinario
- me puedo equivocar -
no he pretendido estar en todos lados.
No he sido extraterrestre
ni he sido un verbo dios.
Ni lo he sabido todo
aunque a veces - delirio -
he creído saberlo.

Y no he visto verdades
sino dudas y anhelos,
no he visto corazones sino manos,
no he agarrado piedras, sino música.
A veces más certezas
a menudo más pena
y siempre una granada de semillas.
No he querido mirar
a la muerte, he preferido ver
crecer la vida.

Por eso estoy aquí
o sigo siendo yo

miércoles, 11 de julio de 2012

Regreso

Necesitando siempre la belleza del cielo,
la belleza del mar y la belleza humana,
marcho plácidamente por una senda plana
adyacente a una vía rápida, de desvelos
que regresan a casa
acelerados y ásperos, dirigidos al celo
de la casa, los vídeos, el descanso, la llana
complacencia adquirida con la comprita enana
de algún preciado, siempre inesperado, anhelo
que embellezca la casa.

Necesitando siempre la belleza del cielo,
la belleza del mar y la belleza humana,
marcho plácidamente por una senda plana
que me conduce a casa.

Hoy no voy a enredarme, con compras ni con vanas
divagaciones métricas, esdrújulas o llanas;
hoy voy, plácidamente, a tu vientre y tu pelo,
la puerta de mi casa.

[Por más que lo pienso, no logro saber el objetivo final de mi blog; son muchos seguramente, y se cruzan entre sí de forma que me vuelvo loco. El caso es que voy mezclando poemas viejos con otros muy nuevos, pruebo, miro a ver qué me dicen ustedes. Este que planto aquí hoy es viejo, como aquel de la risa necia. A ver qué les parece mi mal soneto en alejandrinos con muchas codas y gerundios abundantes. Quizá fue un poco por excederme de las formas...]

Luis Pimentel, poeta gallego

Descubro en la biblioteca de mis padres un libro curioso, tomo 14 de la Historia de la Literatura Gallega editada por Era Publicaciones y el diario La Voz de Galicia en 2010. El tomo en cuestión antologa la Xeración Nós, poetas que escribieron en gallego nacidos entre finales del S. XIX y la Guerra Incivil española de 1936. No entro en detalles, no se trata de aburrir.

En el tomo me encuentro a un poeta, Luis Pimentel, de Lugo, nacido en 1895 y muerto en 1958, coetáneo de los poetas de la Generación del 27. Un poema suyo se llama Xogo ruín. Dice:

Aquil neno
pincháballe os ollos
ós paxaros;
e gustáballe ver sair
esa gotiña
de aire e de lus,
ise rocío limpo
das mañanciñas frescas.
Logo botábaos
a voar
e ríase de velos
topar contra o valado
da súa casa,
con un ruido
moi triste.
Creceu e foi de aquiles.

Espero que también os guste.

sábado, 30 de junio de 2012

Risa necia

Rieron, al principio, cuando vieron
a un pordiosero en el vagón contiguo.
Querían burlar su suerte con desmanes
con sorry, con excuse me, non parlare...

Mas llegó el individuo sudoroso
alegó perorata y documentos
y la chanza se puso avergonzada
el discurso calaba en los oyentes.

Yo no conozco oficio más indigno
que pedir en los trenes caridades
a cambio de las íntimas desgracias.

Ni he visto nunca burla más infame
que la que se entretiene en el mendigo
sin saber si hace bien o mal su oficio.

domingo, 24 de junio de 2012

Buhonero

Buhonero me dicen
en la ciudad de las palabras blancas.
He roto el saco por el fondo
meto en él recuerdos que no quiero
que se pierden, nadie sabe a dónde
van, ignoro
quién los encontrará.

Cabe la posibilidad
de que sea yo.

Siempre que entro en la ciudad
de las palabras blancas
me dicen buhonero
me preguntan qué traigo.
Yo digo que la misma cosa
y con eso se quedan tranquilos.
Comienzo a sacar
enseres que había olvidado.
Herraduras de ida y vuelta.
Cardos secos en rincones vacíos.
Vasos de cristal.

No me los quiere nadie.
Descubren que el fondo está roto
y los desprecian.

Así que guardo todo.
Todo desaparece.

Voy con mi oficio
de buhonero, me lo pusieron
en la ciudad de las palabras blancas.
Alojo fuera mi carromato
mi fiel perrillo
y la cigüeña, nos acompaña.
Quizá sea ella quien los recoge.
Yo los alejo de las miradas.

Y duermo dentro.
Dentro estoy más tranquilo.

viernes, 22 de junio de 2012

Me marché sin tu beso

Me marché sin tu beso, mas diré
que me encantó rezar sobre tus labios,
tanto que sonreí como una fuente.
Mientras rezaba, se cayó la bóveda
que me cosía, sin estruendo, casi
como se calla quien acepta el reto
de ceder. Y cedí. Fue cosa fácil.
Otra mañana morderé tu boca.
Tengo dientes. Y tengo vanidad.

Tú no lo puedes ver. Mientras escribo
voy desprendiendo brillantina, luzco
las escamas anónimas de un pez.
Reposan en el fondo las columnas.
El pez hace burbujas en el aire.
Yo boquiabierto ante la libertad.

martes, 5 de junio de 2012

Mery Malaya, en diciembre de 2009

Acabo de darme cuenta de que me gusta el frío:
hace sentir(me) más cerca de mi,


hasta me abrazo.

[Vean cómo la nieve crea]

Impresión: blanco

El blanco es un color
que de repente de mis ojos amarillos saca
aristas de porosa piedra
y esponjares de nieve para latir el aire.

El aire lento seca
las calurosas cavidades en donde vuelo
pegado a paredes que mi vida esquemática
reclama para sí.
Es doloroso al corazón
el blanco,
encogido en una baldosa de áspagos
(nenúfares verdes que habitan los líquenes de la memoria)
como escandalosas renuncias en las sienes.

A veces pienso que
de los versos que no he escrito
no se ha perdido nada, sólo máculas
polvorientas que el aire deshará.
Pero la huella vuelve. Cada vez
que subo en la burbuja,
no sé cómo,
y recorro distancias leves a velocidad lenta
impulsado por un motor de ruido
o de rumor, no sé,
con mis pinceles graves por caminos de nieve
con mis pinceles graves estaciones de luz.

Y sé qué del amor.
Sé del silencio.
Sé quizá de la nieve.

[Parece fuera de contexto esta entrada, aunque dicen en GDX que alguna vez ha nevado en junio... yo no lo ví, lo juro, mi nieve es de un diciembre de 2007 y sacó algo de mí que me trae hoy aquí. Por eso, aunque parezca fuera de sitio, no lo duden: no lo está]

martes, 29 de mayo de 2012

Carmen la Canaria

[Juan carlos Mestre 2008, "La Casa Roja", edit. Calambur]
[Maggie O´Farrell 2006, "La extraña desaparición de Esme Lennox", edit. Salamandra]


Carmen la Canaria murió hace pocos meses de forma inesperada:
atragantada por un pedazo de carne mal masticada que se le atravesó en la garganta
        como una zapatilla de odio deshilachado.
Los que la custodiaban dicen fue una muerte plácida.
Mi madre sabe que no.

Carmen la Canaria existe.
No existen Esme Lennox ni tampoco Cavalo Morto.
Este lugar aparece en un poema de Lèdo Ivo que glosa magistralmente Juan Carlos
        Mestre desde su Casa Roja.
A Carmen la Canaria le hubiera gustado conocer a Lèdo Ivo, dice mi madre cuando
        le cuento esto, se hubiera enamorado locamente de Juan Carlos Mestre.

Yo me pregunto cosas cuando pienso: el hilo
de la memoria de mi madre se enreda en la aparición sonora de Cavalo Morto en mis
        días y la voz de Maggie O´Farrell entre mis manos.
Escribo en el blanco de las páginas finales de su libro.
Narra la extraña aparición de Esme Lennox en la vida de su sobrina nieta.
Dejo que me vuelen las palabras: Esme Lennox, negro blanco negro blanco negro
        blanco...

Carmen la Canaria tiene madre las tetas morenas casi al aire
los botones abiertos de la camisa de Carmen pasean por las calles de M.
Hace muchos años de esto: Galerías Preciados, compras a plazo, y mi madre: Carmen,
abróchate un botón de la camisa o dos así no podemos comprar nada no paran

        de mirarte
los hombres, las mujeres, negro blanco negro blanco...
Se me escapa la voz, se desparrama cuando sigo por aquí: me enredo en demandas y
        litigios, demasiado prosaico fue todo, demasiado cerca está...
Vuelvo a lo otro: el grito

de Esme Lennox, toquilla verde vuela como boca
que grita, ese grito
no sale de la boca.
El grito que no sale de la boca.
Esme Lennox abre los ojos en un pasillo blanco
y negro, blanco o negro, blanco o negro, no se te ocurra salirte de aquí le han dicho,
        abre las manos
Esme Lennox como moscas enmudecidas
como pompas de odio,
por qué tenía que ocurrírseme
por qué tenía que ocurrírseme...
Carne de caballo muerto tirado de dos lados: despedazado.
Yo pienso cosas cuando me pregunto: el grito
parece ineludible que se desparrame mi voz.

Recojo ahora el hilo enredado: he leído a Lèdo Ivo.
Sé que los ojos de su cabalo morto no custodian irisaciones del odio
que Esme Lennox y Carmen la Canaria no supieron decir. Sé que mi madre
tiene razón: atravesado en la garganta como una zapatilla. Sé que tiene razón
pero he leído a Lèdo Ivo, y sé
también que no debo temer a los fantasmas. Lo imagino mirando las olas
desde un balcón en Bahía, atento a la llegada de Carmen la Canaria abrazando la mar.
Lo imagino secando sus heridas.

Sólo pido al final de la historia una página en blanco
como si le hiciéramos caso a Mestre cuando dice lo que no dice: Caballo Muerto es un
        lugar
que afortunadamente ya no existe.

[Habría querido tomarle prestadas algunas imágenes poderosas al maestro de ceremonia: los recuerdos hermosos son fugaces como las ardillas, dice Juan Carlos Mestre, al igual que los locos tienen alas de mosca y vuelven a guardar en su caja las cerillas quemadas como si fuesen palabras rozadas por el resplandor de otro mundo. Al final no he podido, pero háganme caso y léanlo, a él, a Maggie O´Farrell, a Lèdo Ivo...]

martes, 22 de mayo de 2012

Dudosa coda

Voy pensando la vida según pasa,
sin pensarla -a veces me da miedo-
con planificación, premeditada.
La pienso andando, sin compaña, solo,
a ratos con angustia y al momento
mi espíritu se yergue. No sé cómo
se cambia tanto en poco, no sé cómo...

Por eso hablé. Por eso las palabras.
Por eso la expresión. ¡Que no sé cómo
continuar mi vida sin un yerro
con decisiones válidas tan sólo.
La duda, rara vez premeditada,
a mí sin duda me ha otorgado aciertos
y reposo. Veremos lo que pasa
de aquí adelante, ya veremos cómo...

No callaré. Me quedan las palabras.

lunes, 21 de mayo de 2012

Qué de la poesía

de lo que ser quisiera yo para ella
de mis espinos gritos qué de aquello
del sueño de asterisco
de salvas de deseo en mis poemas
Qué de la poesía?

Aturdido
así es de la noche
de heno como vengo
y me noto cansado de la espera
sin haber despertado

traigo la hoja seca
el otoño y un sueño de asterisco
enredando en las sienes de mi pelo

con la pena camino la alegría
como si renovara mi odre
cada día, por eso
resuenan en mi calma melodías
y quisiera alumbrar...                        

                           En mis poemas
encarnecidas salvas de deseo,
en mis espinos gritos de poesía.

lunes, 7 de mayo de 2012

¿Qué es esto?

(El pulpo, 2010, extracto. Autor GDX)
Hoy era viernes por la noche.
Yo estaba pensando en mi blog.
Un amigo me dijo que de alguna manera
los blogs siempre tienen algo de onanismo.
Yo estuve de acuerdo con la palabra:
mi blog es cien por cien onanista.
Mi esperma deambula postizo por la mesa mientras escribo.
No sé si escribo para el mundo.
Mientras escribo ignoro lo que escribo.
Me escribe lo que digo, o lo que no digo:
mi blog no es onanista cien por cien.

Mi amigo creyó que le tomaba el pelo
pero lo cierto es que yo mismo no comprendo para qué
ni por qué hago esto. Qué es esto, me pregunto, cómo empieza.
Empieza en una línea que tengo, que he tenido
quién sabe dónde terminará.
Es como si estuviera pasando algo por dentro,
algo que Murakami pondría con cursiva,
algo que los poetas quizá no se atrevieran a llamar inspiración.
Parece estar mal visto llamar inspiración a la inspiración,
como si estuviera reñida con el esfuerzo.
El esfuerzo es lo que vale, oigo decir,
tanto material no puede ser simplemente denominado algo.
Murakami sabe que sí.
Ushikawa, uno de sus personajes favoritos, también lo sabe.
Y no siempre le depara finales favorables.

A menudo Ushikawa cae en ventoleras de nada.
Como lectores sabíamos que no podía ser de otro modo
y sin embargo a él le pilla por sorpresa,
cae y cae y cae hasta que desaparece.
A mí me gustaría que mi blog llegase a los oídos de cualquiera
y soplase algo.
Me gustaría que cualquiera dijera caramba
y que carambeáramos juntos los dos,
desaparecidos eso sí previo aviso,
eso sí cuando nos toque.
Pero claro, uno no sabe lo que pasa.
Juega y juega y juega. El onanismo produce corrientes eyaculatorias
y entonces explota la voz.
Uno no sabe no puede ni debe contenerla.
Es más que probable que todo lo demás importe poco.