Cuando estás en él, las jarcias y todas esas cosas pululando por encima de tu cabeza, te encuentras en cubierta con personajes adocenados, y tienes que saludarles a todos porque así son las reglas. De vez en cuando estallas de repente, porque claro, no te queda tiempo para nada, pero no se nota... las reglas dicen que tu momento llegará más tarde. Lo más raro es cuando de pronto pasa alguien que no las sigue y te lleva consigo a otro mundo. Bajas por las escaleras y resulta que han cambiado la madera por marcos de hierro y los ojos de buey por grandes cristaleras que miran al parque cercano. Un parque con avenidas de arena y praderas verdes, farolas, por el que pasean ciclistas. Entonces escuchas la voz de un niño que sólo piensa verdades y que ya no sabes si eres tú. El niño pregunta por su muñeco, y te ves forzado a entrar a buscarlo, otra vez como si no fuera la primera.
Tú ya has estado aquí antes.
Probablemente lo que me arrastró más y más adentro de "Los inconsolables" es cómo perfectamente están confundidos la vigilia y el sueño, la realidad y el deseo, lo de fuera y lo de dentro. La novela es clásica de estructura, sencilla, incluso lineal, pero te la pasas entera dando vueltas sin saber adónde. No precisa truco ninguno, es sólo magia con palabras.
Y no sé, me gustaría que la leyeran, creo que les gustará.
(Aunque al final puedan marcharse sin haber resuelto nada, no cierren el paréntesis
Me la voy a comprar, me la has vendido con todo lo que dices. Es un autor del que no leí nada, y soy muy lectora. "Magia con palabras", me gusta cómo la has descrito.
ResponderEliminarCuando la termine te cuento...
Ok, espero impaciente tu opinión
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