Julio Ortega rescata el descubrimiento de los tiempos futuros en la poesía de Vallejo y así comienzan los diálogos de los que daba aviso en la entrada anterior. Luego, mientras paseamos bajo los árboles de París, una cámara viene filmando nuestros versos y corazones muy sesudos rescatan la noción de inconsciente óptico, que aplicada a los poemas de Vallejo permite eludir el órgano para llegar al espíritu. Ignoro cómo o por qué los críticos e investigadores literarios -licéncienme el masculino- montan arpilleras tan ricas sobre poesía tan solícita a mi exaltación. Arpilleras en las que me regocijo intelectualmente; ante las que la experiencia del poema, al menos la mía, huye con descaro. El remate lo ponen las lecturas, acometidas demasiado salmódicas, lejos del verdor original de la obra. Pese a todo, me marcho lleno de pequeñas palabras y sones que me desgajan, como si mi mandarina se dispusiera por separación a comprender el todo de esta nada...
Demasiado salmódico
La noción inconsciente óptico
provocó que moviera el brazo
mentalmente y tratase
de atusar mi flequillo al tiempo
que sentí mi musculatura extenderse
a través del aire, rompiéndolo
dolorosamente igual que una proa
de rompehielos rompe el mar,
que la alegría rompe mi cerebro
también cuando no me río,
que los rostros de hembra que me
cruzan
me rompen dolorosamente allá
me rompen dolorosamente allá
donde no puedo encontrarme
con nadie ni conmigo.
Quizás por eso, tal vez no
- nunca sabré, porque ese yo
ya no yo ya no existe -,
- nunca sabré, porque ese yo
ya no yo ya no existe -,
la noción inconsciente óptico no fue
suficientemente dolorosa
en ese yo, como sí los poemas de Vallejo,
su lenguaje de plástico,
su prosodia escondida,
su escisión de naranja
y sus cornetas al amanecer o sus gallos esternón.
No sé qué de la poesía de Vallejo, la verdadera
poesía, la de nadie más.
Por qué tuvo Vallejo
que rompernos el alma
y las molleras, sus palos de tísico
iracundo en nuestras femorales.
¡Por qué decirnos, que todos somos masa!
Dúbitamente ante su Benjamin retorcido me postro.
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