Hay una chica marroquí de belleza que diría
ignominiosa casi.
Sus ojos son dos estrellas profundas y oscuras como jade.
Yo naufrago en sus ojos cada vez que los miro.
He coincidido con ella en el autobús, esta noche.
No he cruzado palabras, sólo hola
- Hola
- Hola, me ha dicho.
Se ha bajado tan sólo una parada
antes que yo. Y ya desde la calle me ha mirado.
Hay humedad ahora que empaña los cristales, minúsculas
esferas de agua.
El reflejo insondable en el compás del fondo de sus ojos.
Mi cuerpo en bambalinas flotando en alta mar.
Cuando hay galerna en el mar de fondo de cada uno es posible escollar hacia islas de cantos y sirenas.
ResponderEliminarHay mares exóticos con saladas esmeraldas por aguas; deja los remos y acomódate a sus corrientes navegando entonces en ella como si fuera un alfombra voladora.
Breves saludos
Deica
Gracias Deica, así navegaré
EliminarQué preciosidad, adoro como escribes. Se nota que tienes experiencia en esto, puesto que usas las palabras de una manera inmejorable. Te sigo desde ya, mil gracias por pasarte por mi rincón.
ResponderEliminarSaludos!
Seguiré pasando Daw, gracias por las alabanzas. Un abrazo
Eliminar"Hay miradas que matan", dicen...
ResponderEliminarUn beso Ricardo, hacía mucho no pasaba, me falta tiempo!!!
Tiempo tiempo, ese señor infame lleno de agujas. Gracias por venir
EliminarEn primer lugar, agradecerte que te hayas agregado a mi blog y después, felicitarte por este hermoso y delicado escrito.
ResponderEliminarCon tu permiso yo también me quedaré por aquí. Un abrazo y buenas fiestas
Otro abrazo para ti, Julia
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