martes, 26 de febrero de 2013

Gladiador

  Me arrojaron aquí para que solo
lidiara con leones y gladiadores
que son sin duda mucho más fuertes que yo
tienen dientes en los que cabría mi brazo
espadones que bien podrían sajarme por en medio.

Me arrojaron aquí para que solo
mirase la arena polvorienta y buscara
un escondrijo lejos de la sangre
un escondrijo lejos de la sucia pelea.

Me arrojaron aquí. No siento miedo.
Me siento triste de saber que nadie
viene a verme morir sino a mirar
cómo se matan.

Me arrojaron
cubierto sólo por mi piel sensible
esta capa que tiembla solitaria en la noche.

Invisible bajo las estrellas luminosas
y los neones de la feria. Están solo

esperando que aparezca para ponerme
una coraza.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Altolaguirre

Manuel Altolaguirre, poeta de los que el canon ha dado en incluir en la Generación del 27 y designar como "menores", nos dejó esta "Confesión estética":

CONFESIÓN ESTÉTICA (1958)
La poesía, ya sea exterior o profunda, es mi principal fuente de conocimiento. Me enseña el mundo y en ella aprendo a conocerme a mí mismo. Por eso el poeta no tiene nunca nada nuevo que decir. La poesía es reveladora de lo que ya sabemos y olvidamos. Sirve para rescatar el tiempo perdido, para levantar el ánimo, para tener alma completa, y no fugaces momentos de vida. Ella nos libera de lo circunstancial, de lo transitorio. Ella nos hace unánimes, comunicativos. El verdadero poeta nunca es voluntario sino fatal. (No existen los poetas malditos.) La poesía salva no solamente al que la expresa, sino a todos cuantos la leen y recrean. Tiene más espíritu el buen lector que el buen escritor, porque el primero abarca mayores horizontes. Aún no he llegado a ser un buen lector de mi poesía. Aún no he logrado sentir todo lo que espero haber dicho.

[Transcribo literalmente de la edición "El caballo griego. Reflexiones y recuerdos (1927-1958)", publicado por Diario Público en 2010. Pequeñas y muy baratas joyas en libro nos trajo ese diario mientras existió en papel; por fortuna, sigue existiendo en la web, al menos...

Explica la contraportada de El caballo griego que los textos recopilados forman parte de un libro de memorias que Altolaguirre preparaba cuando la muerte lo sorprendió, justo después de su regreso a España tras 20 años de exilio. Yo me topo con esa confesión estética y no puedo menos que suscribirla 100% -aunque me entre buen pudor en sus dos frases finales-.]

martes, 12 de febrero de 2013

Nada

Hoy era lunes todo el día.
La fecha se marcará en los calendarios:
el lunes histórico en que dimite el Papa de la Iglesia Católica,
el portavoz de Dios entre los mortales,
el señalado por San Pedro como depositario de unas llaves inmensas.
Y aunque todos sabemos que estas llaves
hace ya tiempo perdieron su función de llaves,
era difícil que hoy, lunes todo el día, sucediera noticia más
        histórica.
No era de esperar que se acabase el hambre
o las grandes acumulaciones de capital.
Así que, bien mirado, Ratzinger eligió bien el día de su renuncia.
Si hubiera optado por mañana, todo
quizá podría
haber sido tan distinto.

El lunes de la renuncia del Papa
ha sido lunes todo el día.
Yo intentaba escribir unas líneas
que terminaran antes de medianoche
pero ahora amenazan convertirse en el canto inconcluso del lunes de
        la renuncia del Papa.
De ahí que haya cambiado el tiempo de los verbos,
para ajustarlos a la literalidad.
De ahí también que a punto he estado
de perder la vigencia
de calificar de impertinencia
la pregunta que Carles Francino le hace a Monseñor Lombardi en la
        radio el día de la renuncia del Papa
dígame cuándo ha sido la última vez que ha rezado.
Monseñor Lombardi sonríe ante esta pregunta final, qué va a hacer él,
pobre mortal.
Bien sabido es de todos que reza varias veces, todos los días,
no es interpretable que persiga el entrevistador descubrirnos aquí nada
        interesante.
Las personas normales sólo podemos pensar que persigue
insultar al entrevistado en pleno rostro y con impunidad.
La pregunta es impertinente no por maleducada
si no por no pertinente.
He apagado la radio. Simplemente.

Hoy fue el lunes todo el día
de la renuncia del Papa.
La fecha se marcará en los calendarios
y yo quise marcarlos también,
dejar mi pintada en las paredes del mundo:
un ESO A MÍ NO ME INTERESA NADA.
Pensé en hacerlo como en otros blogs.

He visto en otros blogs
que las personas normales escriben frases con mayúsculas.
Las fotografían con sus dispositivos táctiles
y colgarlas es como si otras personas normales pudiésemos tocar
táctilmente sus gritos,
paladear esos gritos helados
de menta con chocolate en la tarde de agosto...
Pero no encuentro frases chulas en mi cabeza que fotografiar.
¿Cómo se reivindica que ya no me mareen más la perdiz?
¿Cómo que dejen de mentirme mortalmente?
Lo más que me salía era eso
eso a mí no me interesa nada.
Sólo un verso, ya ven, y además malo,
que escribió un lunes histórico el Papa Ratzinger desde las ondas de la
        radio en la cocina de mi casa.
Al final me quedé repitiendo la frase para mis adentros,
Eso a mí no me interesa nada.

Mientras, el lunes de la renuncia del Papa se rezagaba al llegar la hora
de acostarse.
Lo acuné como acuno a mi hija bajo el edredón,
estira las piernas y se acovacha cubierta en la oscuridad.
Me ha pedido a última hora que le cante.
Qué mejor bien mirado que una canción de Lenine, esa que explica
        mejor todo
lo que yo podría querer decir el lunes de la renuncia del Papa.
Porque mañana es martes todo el día.
Otra vez un día completo para que sucedan cosas verdaderamente interesantes.

domingo, 10 de febrero de 2013

Crecida

Créanlo o no, pero imaginen que lo crean. Críticamente, pero imagínenlo. Imaginen que han conseguido ustedes que se mueva, y ya lo hace, y hacia aquí se dirige. Viene dando pasos largos. Parece que tiene prisa. Da incluso miedo ver cómo se acerca. Es más grande de lo que habían pensado, ¿verdad?

Cójanlo ahora de la mano, con las manos atráiganlo hacia ustedes como si se tratara de una vasija de arroz, como si tuvieran hambre. Como si hiciera varios días que no han comido. Domínenlo. Conviértanlo en una cinta que serpentea en el aire. Colores verdes y amarillos. A su paso va dejando un paisaje de primavera, flores, espigas, árboles.

Créanlo o no, pero imaginen que la crean. Críticamente, pero imagínenlo. Imaginen que han conseguido ustedes que una mujer de cabellos ondulados y vestido que muestra los hombros se mueva dentro del paisaje. Y ya lo hace. Y hacia aquí se dirige. Viene dando brincos alegres. Parece querer alcanzarnos. Da incluso miedo pero es inevitable. Cuando llegue el olor de su cuello, aprobarán la decisión tomada. Créanlo o no. Aprobarán la decisión tomada.

Deténganse en el olor de su cuello, en su temperatura. Ruborícense al meter allí su nariz, sientan sus mejillas simpatía. Noten las cosquillas que hace su cabello. Y hocen, como los jabalíes buscando bellotas en el suelo de la dehesa, la humedad de la mañana, el calor de la tarde, las sábanas nocturnas. Bajo las sábanas nocturnas, cuando descansen después de todo esto, recuerden que todo empezó imaginándolo.

Imaginando que podían todo.

Que todo se hacía cada vez más grande.

Que amaban a una mujer de cabellos ondulados y vestido que muestra los hombros. No sabrán si fue en el amor o en el vestido en donde vino este dolor rasgado que como un juguete se les ha metido a ustedes dentro del corazón. Pero imagínense también que lo sacan de dentro y consiguen ustedes que se mueva. Es sencillo. Una máquina dentada que da vueltas llevada por el agua. Hasta que el agua vuelve a su curso. Se junta con el agua que sigue su curso.

Y amistosamente pedalean en la tarde con su barca naranja bajo la que nadan peces blancos con aletas azules que a veces muestran su vientre. Y pedalean en la tarde amistosa creciendo sus vientres, plateados reflejos en el agua que crece conforme logran ustedes que se mueva.

Créanlo o no, pero imaginen que crean el agua. Críticamente, imagínenlo. Imaginen que consiguen ustedes que se mueva, que ya lo hace. Y que, como siempre, se dirige hacia aquí. Hacia ustedes. Viene dando pasos largos, alegres brincos, leves. Da miedo ver como se acerca. Es más grande cada vez.

martes, 5 de febrero de 2013

La Car cajada

- para sonrisas bonitas, para sonrisas -

Exhalo la carcajada
enfrente de una tromba de aire
se convierte en grumitos, la carcajada
y se me mete toda para adentro.

Procrea veleidosa, y silabea
la carcajada, dentro de mí.
No entiendo cómo voy a reír
la carcajada, si la puse fuera.

   Ahora parece ridículo
esto de la carcajada,
dos alas rojas a un lado
y en medio una limonada.

Al otro lado estás tú
que me das risa por verte
te guardo una carcajada, niña
tú te lo mereces.

Y me preguntas por qué
pero el por qué es una sombra
y yo no quiero contigo estar
si no me asombras.

   Exhalo una carcajada
al aire, y se vuelve loco.
¡Mírala niña cómo se ríe!
¡Mírala niña con tan poco!