martes, 17 de julio de 2018

Es el ocaso Ellos

Pueden construir
una vida juntos
sus fisonomías parejas
igual de poco gastadas.
La gravedad
es poca todavía,
nada está seguro.
Nunca nada está seguro, pero
entonces ¿no hay mañana?
Pueden construir
la vida juntos,
el cielo les espera.
Nueva luz cada día.
Ellos no ven la gravedad
no temen al salto
Yo fui así
y no me quebraba
Ahora me desvertebro
si me río
No puedo construir
nada ahora
Es el ocaso
que disimula en el oeste.
Ellos, son otras estrellas.

martes, 3 de julio de 2018

Alborada

Escribo en este parque
aventuras ajenas
de gente que conozco,
sin mirarme el ombligo.
Miro que se cuelgan
de las ramas sus nombres,
de las habitaciones
sus voces en silencio.
Más solo que una mosca,
admiro sus milagros.

Mas sé de cómo tienden
a deshacerse las tramas,
la vela de mis ojos,
los nudos que ilumina
el aire, las ánforas donde viven
y las arañas con que están tejidos.
Destrepo por realismo,
pues ni me vale el cántico
ni la imaginación me sirve
para llenarme. Muero otro poco.

Luego escribo en este parque
aventuras propias
de gente que no conozco
mirándome el ombligo.
Un barquero anhelante.
Un cazador de almas.
Una casa sin nombre.
Una escalera nueva.
En ella, las paredes
están limpias como la alborada.

Veo a mi niño que disputa
con una vieja por un móvil.
Me veo cambiado de sexo
porque la cabeza pesa más que los testículos.
Acaricio con mis manos
la mesa en donde reposa
el cuaderno, la virgen
en que engendro un nuevo dios.
Siempre es igual, el parque.
Está lleno de vida.

viernes, 30 de marzo de 2018

Los árboles amantes

Los árboles que se aman
Las piedras que los hombres
levantando lindes
fueron acumulando
Los caminos abiertos
que conducen afuera,
a los límites del pueblo
Las vacas apacibles
en un sueño, las vacas bravas
Los desacuerdos de la bicicleta
Las noches junto al televisor
compartidas con nuestra pequeña
El vigor de nuestras relaciones
La feminidad de nuestros encuentros
Las manchas azules
poblando como sarampión
las baldosas del baño
El instante en que simplemente
comprobé que se borraban
con un paño húmedo
El tortazo que ya te perdoné
Tu venganza, que no te he perdonado
Los árboles, que se aman

Todo se junta en la nieve.
Cuando sobrevuelo de nuestra
historia el frío,
desconfío incluso de ellos
De los árboles ¡Mentirosos!

miércoles, 7 de febrero de 2018

Insuficiencias en el prospecto

A mi cuerpo no le gustaron aquellas cápsulas.
A las tres de la noche, me desperté y no volví a dormirme. Había soñado durante treinta y cinco minutos con que el despertador se metería en mi sueño y sonaría el teléfono durante esos interminables treinta y cinco minutos en que estuve durmiendo. A las tres de la noche, ya digo, me desperté. Y no volví a dormir. Me dio tiempo de leer el prospecto una y mil veces, buscando entre líneas el motivo de mi insomnio. No decía nada.
Al final, volví a meterme dentro de mi mente cuando amanecía, sobre las siete y media. No pasaré otra noche igual. Porque lo peor es que yo no puedo dormir cuando hay luz, me pongo en acción, necesito movimiento. Y la veía a ella ahí, a mi mente, diciendo vaya noche me has dado y me entraban ganas de matarla. Así que esta noche me acostaré sin ella, pienso quitármela como los calzoncillos. Dejaré de soñar que me despierto.

martes, 30 de enero de 2018

Viejo

Es un dilema viejo
el de la juventud
que carece de sentido
una bola flotando en el éter

Carece de sentido
porque la juventud crea
un mundo siempre
mejor. A mí me gusta.

Son los más viejos
quienes alteran la paz
con sus conservadurías
y sus argumentaciones místicas.

Yo siempre miro
cómo me tratan.
Y crezco metros
a cada gracias voz que me dirigen.