viernes, 18 de julio de 2014

Igual que gente apasionada

Igual que gente apasionada
de la fotografía, de los números, de los cuadros,
yo soy un apasionado de las mujeres.
Si las paredes de mi moral angosta
me dejasen, las coleccionaría,
pero no en vitrinas como las Hortensias
de Felisberto sino en su sitio,
donde ya están caminado libres
por las calles y las alfombras
de los prados y mis recuerdos.

Igual que gente apasionada
de la fotografía, de los números, de los cuadros,
ellas son unas apasionadas y lo enseñan
con la nariz, sus pechos lo cantan,
su pubis –si me dejasen
pero no en vitrinas– lo esconden;
lo cierto es que yo nunca he preguntado:
tanta elaboración en mi cabeza
me prohíbe mirar, lo escondido,
por eso giro para decir sus labios.

Igual que gente apasionada
de las fotografías, de los números, de los cuadros,
para que no pasase como con las Hortensias,
yo les propondría un acuerdo formal
que solamente limite el trato
si es carnal a cinco noches
y buenos días interminables,
porque los buenos días al cabo son sólo letras
y facilitan una distancia óptima
de las pasiones y de las vitrinas.

Igual que gente apasionada,
disfrutar la colección de versos.