lunes, 28 de abril de 2014

Los dados

 Le vinieron a la cabeza súbitas
las palabras. Traían los alientos
y los escrúpulos. Traían la fe
y el dolor. Se despojó del hacha
para recibirlas, del cráneo
de mono con el que estaba jugando,
de la piel falsa que cubría su pecho.
Las cogió con las manos y notó
que estaban calientes y manchaban
cual tizón de fuego. Pasó la mano
por la cara del niño y se rió.
El niño rió con él. El azul
del cielo se hizo noche, el miedo
apareció en lo negro y dijo soy
yo quien ha de usar esos juguetes.
 Todos callaron.
            El miedo se inclinó
cuan largo era, arrojó su dado,
salió seis. La boca del miedo se
llenó de árboles. La boca del miedo se
pobló de ramas. El hombre trepó
            y arrojó su dado.

3 comentarios:

  1. Espectacular. Tus metáforas son las que yo siempre intento escribir y las que nuna me salen. Me quito el sombrero, señor.

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  2. Está chunga la partida. Y el dado, trucado.
    Abrazos, siempre

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  3. Enhorabuena Ricardo.
    Un beso, Patricia

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