Ser tan osado como Batania,
hacer pintadas en paredes públicas
y no cortarme nada de decirlo.
Me imagino pintando, a todos lados
mirando... Me pillaba la poli, seguro!
O ser tan bárbaro como
los escritores bárbaros: cagar
cada esquina del papel... es una pena
que no me guste nada esa palabra,
cagar, me huele feo feo,
rato de angustia y pánico. Y tan ser
destensado como Julio,
expuesto al escarnio y la vergüenza,
seguro de mis convicciones...
Ya sé, lo sé, la gente
estaría conmigo,
no tiene por qué darme miedo.
No es que no lo crea, es sólo
que nunca se me ha dado bien,
tenerlo todo tan claro, exclamativo.
Acaso es tu palabra favorita, me han dicho..
puede ser. Disfruto
escuchando el mar de la gente,
la crecida de sus olas que llena
mis orejas de transparente y verde rumor,
acaso también de cieno y caca.
Se está rebelando, la gente, oigo que dice
Batania por ahí. Esto es seguro...
Es el motín del Caine, faltaba, o de la Bounty,
a tantos capitanes convendría
cagarles el bote.
Pero oigo también que dicen
otros qué rebelde y osada es Esperanza
Aguirre... Es paradójico, no me negarán
-¿tan osados como quién?-, lo que absorben
y parecen tantos...
Va a ser que mi problema está en las orejas,
que no se trata de atreverme
a gritar que me quedo en la isla
de Pitcairn, si no de no escuchar a capitanes sin escrúpulos
ni por supuesto a tripulaciones sin oído.
ni por supuesto a tripulaciones sin oído.
Nada de superior, chaval, estamos a la par. Todas. La excepción confirma la regla, dijeron. e;beso
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