miércoles, 17 de abril de 2013

Shua

Hoy es miércoles todo el día.
A las 20 horas, en la librería La Central de Callao, en Madrid (calle Postigo de San Martín, número 8), se celebra una lectura homenaje a Ana María Shua, persona que escribe de modo, a mi parecer inicial, recomendable. Si pueden, acérquense.
Les dejo un par de ejemplos:

    La pequeña Analía García

    La pequeña Analía García,
    caminando distraída, sin pensar,
    pisó un chicle por Pampa y la vía
    y ya nunca se pudo despegar.
    Pasaron las horas y los días.
    Sus padres le llevaban de comer.
    Pasaron las semanas y los meses.
    Analía empezaba a crecer.
    Terminó la primaria en calle.
    Las maestras la ayudaban a estudiar.
    Analía era linda y los muchachos
    le decían piropos al pasar.
    Tuvo un novio que allí la visitaba.
    Se casó, pero no se despegaba.
    Pasaron los meses y los años:
    Analía empezaba a envejecer.
    Andaría por los ochenta y pico,
    cuando un nieto fue a verla con su hijo,
    y el bisnieto, simpático, le dijo
    después de mirarla un largo rato:
    "Si querías despegarte, bisabuela,
    ¿por qué no te sacaste los zapatos?"
   
    -----------------------------------------------------

    Para poder dormirme, cuento ovejitas. Las ocho primeras saltan ordenadamente por encima del cerco. Las dos siguientes se atropellan, dándose topetazos. La número once salta más alto de lo debido y baja planeando. A continuación saltan cinco vacas, dos de ellas voladoras. Las sigue un ciervo y después otro. Detrás de los ciervos viene corriendo un lobo. Por un momento la cuenta vuelve a regularizarse: un ciervo, un lobo, un ciervo, un lobo. Una desgracia: el lobo número treinta y dos me descubre por el olfato. Inicio rápidamente la cuenta regresiva. Cuando llegue a uno, ¿logrará despertarme la última oveja?

[El primero de los textos lo he extraído de la web www.imaginaria.com.ar. Si la referencia es correcta, procede del libro de Shua "Las cosas que odio", Buenos Aires, Alfaguara, colección infantil, 1998. Como bien han deducido, es una de las abundantes obras de la autora en poesía "infantil", término un tanto ridículo... bueno, a no ser que por fin hayamos matado del todo al niño o niña que llevamos todos dentro, más o menos adentro.

El segundo texto lo extraigo de latorredebabel.wordpress.com, blog de Juan Zapato, en su entrada de 10 de junio de 2010. Dice Juan que procede del libro de microrrelatos -el otro ámbito en el que más abunda Shua- "La sueñera".

No he leído mucho más de Ana María Shua, pero parece sugerente... ¿no?]

3 comentarios:

  1. Rícar, o que a min parezme é que é caralludamente bo; se tivera tempo iría alí máis tenho facendas ocupando o tempo. Unha ledicia as leituras da xente, dalgunhas xentes máis aló do solpor...
    dl·2R

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  2. Por supuesto, no la conocía, como a tantos otros, otras. Los dos granos que has dejado sobre la mesa resultan tentadores, desprenden un común aroma a incertidumbres, a los dos le da un golpe de vida adicional la interrogación final. Al fin y al cabo, estamos instalados entre interrogantes.
    Gracias por traerla, abrazos.

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  3. Anda, un compatriota, da miña terra... =)

    Me encanta lo de "es miércoles todo el día". Las frases con este recurso poético me encandilan.

    Buah, me ha encantado también el poema de Analía (Analía Tubarí, cien ciudades conquistaré para tí... ¿de dónde era eso?). Musicalidad, ritmo, ingenio y ternura... ¿se puede pedir más? Las ovejas y los lobos me han hecho sonreír a carcajadas. Es genialoso. Callao, por desgracia, me queda un poco lejos =P

    Sugerente, sí. Gracias por la recomendación.

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