de despegue para la avioneta
que tripulada por una mariquita
averigüe por fin por qué somos tan tiempo
que bajamos el hombro casi sin darnos cuenta.
La mariquita toma
notas incomprensibles en su papel continuo,
sólo los sapos saben descifrar
sus anotaciones cuando hay tormenta.
Cuando hay tormenta
la avioneta regresa con dificultad a la pista
de aterrizaje.
La mariquita viene
mareada, los sapos le dan un calmante pero ella
no les da siquiera las gracias.
Va tan absorta en sus cavilaciones
que no le queda tiempo para alzar la vista.
Se mete en el laboratorio y ya no da señales de vida.
Días más tarde notifica
la exploración resultó imprecisa
por turbulencias.
Habrá que recoger de nuevo datos.
Sabia y concienzuda anotación de la mariquita, cuando hay turbulencias las exploraciones se hacen imposibles.
ResponderEliminarUn abrazo Ricardo, buenas noches
La mariquita acabará loca... con semejante investigación, debería tratar mejor a los sapos si le saben descifrar...
ResponderEliminarBesos abisales
Llevo tres semanas como la mariquita...menos mal que en la escuela del aire me enseñaron algo sobre las turbulencias!
ResponderEliminarMuy surrealista pero con mucho de realidad.
Una sonrisa voladora!
Si el principio es tremendamente lírico, pese a su forma casi de fábula, el final me hace sonreír. Tal vez lo único malo es que me he quedado con ganas de saber más sobre esa historia. Demasiado rápido se me hizo el leer. Otro poema que me ha encandilado. Un saludo =D
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