sábado, 22 de diciembre de 2012

Como una divagación sin fin

       Lo escribí por deber
(que no por pura necesidad ni expresa
             coyuntura)
desde la noche azul que va y se tercia
decir que el mundo gira por inercia,
       caray, que así no va!

       Me cansé al pretender
(no fue por dura obligación ni tampoco
             por locura)
tentar tanta labor, tantos segundos
de ir poniéndole obstáculos, a un mundo
       que no iba.

       Y me dormí después.
No fue por cura de soledad, por falta
             de ternura,
si no porque quería tiempo para soñar.
(Silbé en mis sueños, con paciencia, lá
       lá lá - lá lá lá lá...)

       Entonces oigo a ver...
(mas ya sé, no es cordura, querer, acuerdo,
             no es siquiera hartura)
... por voluntad, me dicen, ver el rumbo,
si se puede cambiar... Yo escondo el tumbo.
Casi que me da igual.

       Despierto con placer.
Me guardo la factura (no vaya a ser)
             de la tortura
y me arrojo a la calle en calzoncillos.
Sopla otro viento. Voces, cantos, grillos
       alas que rozan. Como pa´ gozar!

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