sábado, 3 de noviembre de 2012

Isla

Cuando te miré
tus manos se limpiaron en el vestido de flores
pero cuando miraste al fondo
allí apareció una isla
y en ella tus manos flotaban por el agua cálida.

Luego, cuando conseguí hablarte,
desviaste los ojos y se esfumó la isla,
tus manos tragaron agua
y se escondieron.

Las busqué por los pliegues del vestido de flores.

Las escudé con las mías.

Y extraje no sé de dónde un lápiz blando
que utilicé para dibujar
en tus dedos palmeras
en tus palmeras olas.

Fueron agitadas por el viento.

Parecían bandadas de pájaros.

Me miraste entonces con el ala entablillada
del fondo de tus ojos
y me alcanzó una luz.
Hoy recuerdo ese día como si hubiera sido de verdad.

6 comentarios:

  1. Qué bonito poema de sueños!
    Bicos.

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  2. Me miraste entonces con el ala entablillada
    del fondo de tus ojos
    y me alcanzó una luz.

    ...una Luz flecha...

    Precioso.

    un Beso Luminoso

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  3. A veces me pregunto d que parte de nosotros saldra el impulso de escribir un poema, y qué entendemos con eso.

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    Respuestas
    1. Me encanta tu comentario Guepa, de primeras porque no lo entiendo muy bien, luego porque me hace pensar... yo sólo sé que estaba en una calle de Madrid, una tarde de inicio de verano. La calle era bulliciosa y los primeros versos me cogieron en un banco, sentado, mirando a la gente pasar, cuando acababa de escribir otra cosa. Me gusta caminar entre la gente, cruzarme con otros cuerpos, con otros ojos. Suele provocar que coja la libreta y la pluma. Entonces me siento. Y miro. Este vestido de flores me coge sentado y tiene vuelo. Su propietaria desvía la vista (hay ojos que no encuentran...) y sus manos se esconden. Es un gesto como de pudor excesivo e innecesario, como incómodo consigo mismo. El vestido se va. Todo lo demás viene luego. Es imaginación, son palabras que vuelan, o es qué sé yo... No sé si tu pregunta iba por ahí. Gracias en todo caso

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