viernes, 23 de noviembre de 2012

Alocución a las 23 / ilusiones

¿Cómo miran los hombres, las mujeres? ¿Qué miran? ¿Cómo ven? ¿Qué vemos cuando miramos? ¿Qué miramos?

Ustedes creen que tienen ojos, pero es mentira. Tienen procesadores de información. Su ojo no es otra cosa que la ranura por la que entra el pen. ¿Y si les pincho?
¿Y si les pincho con mi pincho sigiloso? ¿Qué penetra suave en su ranura? ¿Qué hay aquí dentro? ¿Notan mis cables de cobre y mis bastos chips de información?

¿Desde dónde están ustedes agarrándome? ¿Utilizan algún tipo especial de encaje? Yo noto que me están extrayendo algo, y a cada poco me voy puliendo y puliendo, y puliendo. Noto su software lleno de códigos, palabras y signos. Me descodifican sin permiso. Rozan y succionan mi jugo. No alteran lo que soy, quizá, pero me pulen. Al llegar al final, ya me tienen entero.
¿Y si no soy lo mismo que cuando había entrado?

Ustedes, quizás, utilizan varios, tipos especiales de encaje. Escaleras perversas, peldaños de alivio, técnicas de interpretación, estrategias impúdicas, tácticas de escape. Excesivo para desgranarlo, innecesario enumerarlo. La lista inútil es una alfombra menuda que se acerca a nosotros desplegando sus flecos a modo de avanzadilla. Viene desde el horizonte. Por detrás está el sol que tiende a su fin.
Háganselo explorar de todos modos. Es lo mejor, no por tejer la alfombra; por conocer los mecanismos de su mirada. No dejarán de padecer el mal, pero el mal estará bajo su mando. Es al fin y al cabo lo más a lo que pueden aspirar. Que sea suyo lo que miran, suyo lo que ven.
Luego, cuando contemplen el infinito desde el acantilado, recuerden que era recto.
     
                                               Once ilusiones visuales

                                               Y varias curiosidades más

Yo solía dar clases de percepción social. Usaba imágenes como estas que les traigo hoy. No se inquieten, no es un experimento. Si lo fuera, yo no habría venido a pincharles. Es sólo que una de mis alas, González, me lleva repitiendo que les diga, mucho tiempo, en cierto modo.
Yo solía leer los últimos versos de este poema en las clases de percepción social. A veces, fíjense, terminábamos hablando de Fe. En cierto modo, qué cosas tan ridículas ocurren. Si yo sólo llevaba preparado cómo nos mirábamos los unos a los otros. Cómo funciona el software cuando introducimos el pen en la ranura. No era mi intención hablar de dioses. Sólo de ciudadanos imperfectos.

     Ciudadanos perfectos a estas horas,
     honorables cabezas de familia
     que lleváis a los labios vuestra servilleta
     (....)
     Tal como siempre, pues, pedid conmigo:
     Más fe, mucha más fe.
                                Que en cierto modo,
     creer con fuerza tal lo que no vimos
     nos invita a negar lo que miramos.

[El extracto transcrito pertenece a un poema de Ángel González, Alocución a las veintitrés. Su final me gusta desde siempre, aunque el resto no me parece gran cosa y por eso no se lo pongo. Es de su libro de 1962 "Grado elemental". Yo manejo, ya saben, la antología de Alianza mencionada a propósito de otros ojos -solos o con rimel, 26 octubre 2012-.]

2 comentarios:

  1. Mirar,mirar si miramos pero ver sólo vemos una docena de cosas que repetimos con los años en millones de imágenes. Cada cual se especializa en ver un tipo de cosas: los hay que ven el dinero +5 cosas más, los que ven las personas+..., los que ven la juventud+..., los que buscan la belleza+...etc Según se ordenen la preferencias así vemos. ¡al menos lo que nos importa! En nuestras mirada se encuentra lo que buscamos cada uno y eso es sólo lo que vemos.
    Bonito blog.
    Saludos, Santi

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